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Mujeres en las bodegas y en las academias

La Revista Ñ, del diario Clarín, entrevistó a la historiadora de FFyL, María Gabriela Vázquez, que aseguró que la Filosofía, la ciencia y la industria vitivinícola ya no son terrenos exclusivos de los varones.

16 de octubre de 2018, 08:12. Por: Hector Pavón para Revista Ñ.

imagen  Mujeres en las bodegas y en las academias

Foto de la web

Durante La noche de la filosofía que se realizó a principios de septiembre en el centro cultural Le Parc de Mendoza, la historiadora, docente-investigadora de la facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad Nacional de Cuyo y becaria de doctorado, María Gabriela Vázquez, habló sobre “Mujeres, filosofía y conocimiento. Las otras de la historia”.

“Me he dedicado a ver a las mujeres en la historia de la Ciencia y la historia del Pensamiento. Cuando hablamos de Filosofía, se nos vienen a la cabeza nada más que varones filósofos; pero si tenemos que nombrar tres filósofas, se pone más difícil y nos cuesta tiempo recordarlas. Por eso el título de mi charla 'Las otras de la historia', porque se trata de recuperar nombres, palabras que han sido marginadas durante siglos y milenios”, explica antes de dar su conferencia con gran recepción del público. El encuentro fue organizado por el Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos y la Secretaría de Cultura de la Provincia de Mendoza, con la colaboración de las embajadas de Francia, Alemania, Grecia y la Fundación Ortega y Gasset.

 

¿En qué consiste tu trabajo sobre las mujeres científicas?

La idea es ver qué ha pasado especialmente en el siglo XX: tomo como ejemplo lo que pasa con el Premio Nobel. Sólo el 5% de mujeres ha recibido algún tipo de premiación. En los últimos dos años no ha habido mujeres galardonadas. Tenemos, por un lado, que hay una mayor visibilización de las mujeres en distintas áreas, pero en la producción del conocimiento todavía queda mucho por transitar. En el campo de la filosofía ahora sí hay una presencia más fuerte, pero también la pregunta es si las mujeres piensan diferente o no. Y eso nos lleva a ver si en realidad hay disparidades en el pensar, sean varones o mujeres.

 

¿Son dos campos particularmente difíciles y machistas los de la Filosofía y la Ciencia?

No siempre ese machismo es consciente sino que de alguna manera es algo ya incorporado. Vemos cómo se va educando a los varones y a las mujeres desde que son pequeños: se los va modelando para que los varones tengan determinadas profesiones y las mujeres otras. Entonces eso no es algo a conciencia, sino que se va dando de manera paulatina y “natural”. Hay más mujeres premiadas dentro de la Medicina, o de la Literatura, o de la Paz, en el Nobel porque son ámbitos más asociados a la mujer a la que se considera “cuidadora”. La idea y la esperanza es tratar de cambiar esas costumbres, porque no hay nada biológico, sino que es puramente la educación y las costumbres las que nos llevan por estos caminos.

 

¿Cómo se presenta esta disparidad en la industria vitivinícola?

Hacia 1900 se visibiliza el trabajo de las mujeres en las viñas pero menos en las bodegas porque el trabajo industrial que recién estaba comenzando es más que nada para varones, lo mismo pasa en Buenos Aires con los frigoríficos. Es decir, se asocian con que son trabajos masculinos donde las mujeres no tienen espacio. La vitivinicultura en Mendoza es mucho más que la Fiesta de la vendimia, y da para hacer lecturas mucho más interesantes, y este cruce de decir qué pasaba con las mujeres trabajadoras, cómo fue su vida, cómo fue el trabajo en la bodega, donde habían claramente espacios diferenciados de varones y mujeres.

 

¿Qué período es el que trabajás?

Toda la primera mitad del siglo XX, desde 1900, hasta 1950. Durante el peronismo hay un crecimiento de la industria vitivinícola fuerte. Hay establecimientos a gran escala y las mujeres se van incorporando a un ritmo sostenido. Lo cual resulta interesante, pero, por ejemplo, eso no se ve en las imágenes en las que siempre aparecen los obreros varones y no las operarias mujeres. Hacia mediados de siglo XX, hay una mayor visibilización que transforma el trabajo que antes se consideraba nocivo para las mujeres, en algo verdaderamente positivo.

 

Y, ¿cómo está hoy esa situación?

Ahora hay más mujeres trabajando también, a cargo de las bodegas y más mujeres enólogas. Antes sólo había cosechadoras y las que trabajaban dentro de las bodegas. Ahora ya las tenemos en cargos jerárquicos y como verdaderamente productoras del vino. Es decir, con reconocimientos de sus propios vinos y emprendimientos. Las vemos en estos puestos y a cargo de los establecimientos. Mientras que antes, eran contadísimas con los dedos de la mano, las que estaban a cargo de un emprendimiento, y generalmente eran las que quedaban viudas. Es decir, heredaban el emprendimiento, la industria que había montado su marido. Ahora no, son ellas las que por sus propios medios, estudios y trabajo acceden a estos lugares de mando y cargos ejecutivos.

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