La extensión universitaria como función sustantiva de las universidades tiene un rol fundamental en los procesos de crecimiento cultural, en la construcción de ciudadanía y en el desarrollo de nuevas estrategias que posibiliten el acercamiento y la vinculación entre la universidad y la sociedad (Torlucci, 2022). A partir de la pandemia de COVID –19, la gestión cultural, siempre vinculada al extensionismo crítico característico de la universidad pública ha tenido que asumir una serie de desafíos que nos han conducido a reflexiones y reformulaciones respecto de los modos de vinculación entre la universidad, su comunidad y la sociedad toda.
La actual Secretaría de Extensión Universitaria (SEU) de la Facultad de Filosofía y Letras ha recorrido y recorre cotidianamente una serie de caminos abocados, como cita la Ord. n° 001/2015-CD en vigencia, a transferir los resultados en investigación y docencia logrados en el ámbito de esta casa de estudios con propuestas de diversa índole y extensión en el tiempo, a fin de favorecer acciones sistemáticas de articulación entre docencia e investigación y promover la inserción de nuestra Facultad y de sus miembros en el debate de la actualidad social, política, científica y cultural aportando una mirada crítica a partir del conocimiento desarrollado en nuestra casa de estudios y contribuyendo a la búsqueda de soluciones a las diferentes problemáticas. Sin embargo, notamos que, si bien la SEU cumple con los objetivos propuestos en materia de vinculación entre investigación y docencia, como así también en sus dimensiones pedagógica y educativa en términos de transformación social, deja una vacancia en su dimensión social, cultural y productiva. Esta dimensión remite al rol que adquiere la extensión universitaria como acción que promueve una mejor calidad de vida, una mayor inclusión y cohesión social, un desarrollo humano y sustentable a la vez que habilita y refuerza las otras dimensiones del extensionismo crítico, en especial la dimensión comunicacional, en términos dialógicos tal como lo planteaba Jürgen Habermas en su teoría de la acción comunicativa.
Dicho de otro modo, una vez que se identifican las acciones de extensión, puntualmente en este caso las referidas a la dimensión cultural, como acciones comunicativas en términos dialógicos entre quienes participan, se asume que hay una circulación extendida del conocimiento en el que cada una de las partes son productoras de ese conocimiento y no meros receptores pasivos. Si tomamos en cuenta esta perspectiva relacionante y el diálogo que los actores mantienen con la realidad, podremos cubrir esta vacancia mediante un proceso de constante transformación y construcción, donde “la relación universidad–sociedad es promotora de acciones transformadoras” (Menéndez, 2021).
Objetivo específico
A partir de la base expuesta en el punto anterior, podemos afirmar que el objetivo específico de este proyecto es el desarrollo y la gestión cultural como parte fundamental de la extensión universitaria.
Descripción del proyecto
Teniendo en cuenta lo analizado hasta aquí, hemos establecido una serie de líneas de acción que se presentan con consonancia con los objetivos de la SEU y con dos de las líneas estratégicas del plan de trabajo presentado por la Gestión Institucional.
En primer lugar, atendiendo a la “Articulación de funciones sustantivas”, el presente proyecto apunta al fortalecimiento de la extensión a través de una serie de actividades culturales a realizarse tanto dentro como fuera del campus universitario. En segundo lugar y en diálogo con la línea estratégica anterior y principalmente con la que a “Integración educativa y vinculación local, nacional e internacional” se refiere, Filo hace cultura persigue como objetivo la centralización de todos aquellos eventos culturales y socioculturales para posibilitar la creación de una agenda eficaz que permita que tanto la comunidad universitaria como la de los institutos de formación superior y la sociedad en general acceder a una multiplicidad de propuestas culturales.