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Se relanzó la librería y espacio cultural Liliana Bodoc en la FFyL

Con numerosos invitados e invitadas la sala de la librería se llenó repentinamente. Con la presencia de autoridades universitarias, provinciales, referentes de la cultura y familiares de la gran escritora, se refundó un escenario único lleno de magia y emoción.

28 de julio de 2025 Por: Gustavo Zonana, ffyl, liliana bodoc, libreria, centro, cultura
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El pasado jueves 24 de julio, la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo fue escenario de un emotivo encuentro para celebrar el relanzamiento de la Librería Liliana Bodoc, en homenaje a la escritora que marcó profundamente la literatura fantástica latinoamericana.

El acto fue inaugurado por el decano Gustavo Zonana, quien, en nombre de la facultad, dio la bienvenida a los presentes con palabras que evocaron el universo literario de Bodoc y los valores que ella encarnó: sensibilidad, compromiso y creatividad.

La ceremonia contó con la presencia de destacadas autoridades provinciales y universitarias, entre ellas el subsecretario de Cultura de Mendoza, Diego Gareca; el director de la Biblioteca Pública General San Martín, Pablo de Bartolo; y el director de Cultura de Godoy Cruz, Héctor Rosas. Por parte de la Universidad, asistieron la rectora Esther Sánchez, la decana de Ciencias Agrarias, María Flavia Filippini, la vicedecana de Educación, María Ximena Erice, y la vicedecana de la FFyL, Viviana Ceverino, junto a secretarios, secretarias y equipos de trabajo de la facultad.

También acompañaron el evento reconocidos periodistas, escritores y representantes de diversas editoriales, quienes se sumaron al homenaje con entusiasmo y respeto.

La familia de Liliana Bodoc estuvo presente, abrazando con calidez la iniciativa. Hugo y Silvia, con sonrisas cómplices, compartieron la emoción del momento.

Uno de los momentos más destacados fue la presentación del video ganador del Certamen Fundación Bodoc 2024, realizado por el profesor Pablo Doti. Esta obra audiovisual, seleccionada por su sensibilidad y creatividad, reafirma el compromiso de la Fundación con la promoción del legado de Liliana Bodoc y el impulso a nuevas voces narrativas.

Gustavo Zonana, decano de la FFyL, UNCUYO

Algunos fragmentos de su discurso:

(...) Liliana cristaliza en su obra y en sus reflexiones sobre el acto de narrar un sentido que ha sido destacado, especialmente desde los años 60 desde áreas disciplinares como la semiótica (Julien Algirdas Greimas; Jacques Fontanille), la sociolingüística (William Labov), la psicología cognitiva (Jerome Brunner), la antropología (Franz Boas, Bronislaw Malinowski, Claude Levy- Strauss) y la hermenéutica (Paul Ricoeur).

Estos estudiosos demostraron que narrar no es un asunto exclusivamente literario, sino, por el contrario, la literatura sublima un proceso fundamental tanto en la configuración del pensamiento como en la constitución de la identidad personal y social. La narración es un medio de transferir las experiencias de acuerdo con patrones organizativos similares en distintas sociedades y culturas.  Se constituye, así, en un puente entre lo público y lo privado que media los significados sociales e interpersonales. Es, también, un espacio de cohesión porque a la vez que permite el entendimiento entre los miembros de una comunidad, genera espacios de negociación de la identidad. Posee un valor cognitivo porque se relaciona con modos de percibir, comprender y procesar lo que sucede en el mundo. Por esta razón, a través de las narraciones, se puede comprender cómo una cultura experimenta la vida social desde sus actores, es decir cómo se (co)crea, altera e interpreta de diferentes maneras y cómo se reutiliza, a su vez, para generar, sostener o parodiar identidades y roles. Por último, supone en tanto proceso cognitivo, un esfuerzo fundamental de descentramiento y de ideación de imaginarios para pensar lo otro, para establecer puentes entre el presente y el pasado, lo percibible y lo supuesto. Estas operaciones cognitivas incluyen la capacidad de "leer la mente" (imaginar los estados mentales de otros), reconstruir la temporalidad (crear continuidad entre eventos) y el espacio (las narrativas producen y se vinculan con lugares). Narramos para dar sentido a la experiencia y ordenar eventos y circunstancias a veces caóticos o accidentales; narramos también para jerarquizar esa serie de eventos, para distinguir lo que vale la pena ser contado por su significatividad de los que no, por su insignificancia o por ser parte de lo habitual. Narramos para identificar agentes y asignar responsabilidades. Narramos para imponer un punto de vista o una cosmovisión. Narramos para persuadir, educar y entretener. Narramos, finalmente, para construir identidad y memoria.     

Este sentido antropológico de la narración y en particular de la narración creadora de mundos de ficción recorre todo el universo imaginario de Liliana Bodoc desde la fantasía épica de La saga de los confines hasta las colecciones de relatos como Amigos por el viento (2004). Y se revela, asociado a un tono de voz, a un ritmo enunciativo y a una forma de moverse y pararse en el aula, completando con el cuerpo el sentido de las palabras y creando el clima fundamental para alentar el vuelo del espíritu hacia la creación.

(...)

imagen Gran presencia de autoridades en la FFyL

Gran presencia de autoridades en la FFyL

Contadora Esther Sánchez, Rectora de la Universidad Nacional de Cuyo

Durante el acto de relanzamiento de la Librería Liliana Bodoc, se destacó el profundo legado de la autora, no solo como creadora de mundos fantásticos, sino como una voz comprometida con la resistencia y la transformación social.

“Liliana no solo nos habló de magia y fantasía, sino también de lucha, de la fuerza de la palabra como lanza, canto y refugio”, se expresó con emoción. Su obra, viva en cada página, sigue generando raíces, atrapando lectores y abriendo alas a nuevas generaciones.

El evento fue definido como un acto de resistencia: de la educación pública, de la imaginación, y de la fe en un futuro posible. En cada rincón de la librería, su presencia se hizo sentir con fuerza, recordándonos que las palabras, cuando son verdaderas, nunca dejan de resonar.

imagen A sala llena

A sala llena

Inti Bustos, referente de Cultura FFyL

(...) Hace algunos años, Liliana dio una charla TED que está disponible en YouTube o en Spotify y cuyo título es: Mentir para decir la verdad. En esta charla que no llega a los doce minutos, Liliana habla de la palabra poética, de la mentira de la literatura. Cuando preparaba mi tema final para obtener mi título de grado, en esta misma Facultad y con los mismos docentes aquí presentes, di con esa charla. Sintetizar lo que la palabra poética significaba para mí en una exposición de quince minutos me resultaba imposible, les recuerdo que Lili lo hizo en once minutos. En aquel momento, aunque ya sabía que quería seguir indagando en la literatura el resto de mi vida, no sabía de qué manera iba a impactar en esta vida la figura de Liliana. Esto mismo creo que nos pasó a muchísimas personas. Cuando años después me encontré trabajando en esta librería que lleva su nombre, sus palabras volvieron como mantras y como mantas. Me ayudaron a abrigar las esperanzas de que aún en tiempos difíciles se puede crear refugio, hacer hogar. Y esto no es algo inocente, tener un hogar en el que pasar estos tiempos oscuros es fundamental, este es el techo que nos ampara. Y que este hogar sea una vez más la Universidad Pública es, además, un orgullo enorme, pero también un desafío.

Las palabras de Liliana nos recuerdan lo que no debemos olvidar, que la educación no se imparte, se devuelve, porque no es un acto de generosidad sino de justicia. Hoy relanzamos este espacio pensando en esas palabras, apostando a la cultura, a la circulación del conocimiento y de la palabra poética como acto de justicia; pero además honrando la memoria y el trabajo de quienes estuvieron antes que nosotros abriendo camino. Este espacio es el fruto del trabajo de muchísimas personas. 

(...)

Galo Bodoc, actor, editor y escritor

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Resulta que a mí este lugar, este edificio, me quedó en ese sitio de la memoria y del recuerdo porque Liliana empezó a estudiar desde aquí, cuando yo ya existía, yo era un pibe de seis, siete años, no recuerdo exactamente, cinco, seis, quizás la familia se acuerda más, yo no recuerdo el año. Y Lili se iba a cursar y yo me quedaba tomando café con leche a medialuna y haciendo mi tarea de la escuela primaria. Y si algo puedo confirmar, los recuerdos son muy relativos cuando son tan antiguos, pero hay algo que yo estoy convencido, que Liliana veía acá la felicidad. O sea, Liliana venía después de ser ama de casa, de tener ataques de pánico, de sobrevivir a la crisis de nuestro país, y ella vino acá en busca de su felicidad, de su sueño que después concretó, muchos años después, incluso después de haber abandonado esta casa que amaba profundamente Liliana. Quiero decirles que ella estaría muy, muy conmovida, muy agradecida por este reconocimiento.

Ahora sí. El hilo de oro de Liliana no murió con su cuerpo, de ninguna manera, eso es fácil de comprobar.

Liliana sigue, sigue, sigue, como dijiste bien en el presente, hablándonos, escribiéndonos y volviendo a darnos herramientas para enfrentar la realidad, esto de la ficción, ¿no? Y después de su partida física, sus libros continuaron. Hay una continuidad de su palabra, de cosas que habían quedado en algún rincón de la compu, de otras que estaban en proceso y no habían llegado a ver la luz, y de esto, que es una historia completamente loca, porque era un libro perdido en Cuba, que algunos ya saben, acá no voy a contar toda la historia, porque sería un poco redundante, pero sí los ítems más importantes. Liliana, con esa generosidad que la caracterizaba, esa humildad, esa simpleza, en el mejor sentido de la palabra, una vez se fue a Cuba, y resulta que, nos enteramos después, que le regaló un texto a una editorial cubana, pública, ¿no? Se lo regaló y no le dijo absolutamente nada a nadie.

Siguió la vida, pasaron los años, falleció, siguieron pasando los años, y un día cae alguien a San Luis con un libro que decía Liliana Bodoque, que era un libro desconocido para nosotros, y se llamaba Una isla en el tiempo, y había sido publicado en Cuba. Obviamente, al leer, dijimos este libro no existe. Pero basta leer tres oraciones para reconocer la pluma de Lili inmediatamente, y efectivamente, después rastreamos, y Lili había hecho todo ese periplo con su libro. 

Pero no es el único. Desde que Liliana partió, se publicó Tiempos Dragones 3, que no solo fue un libro, sino un acto simbólico de sanción, casi chamánico, lleno de eventos epifánicos. Y bueno, salió Tiempos Dragones 3, que es un libro muy particular, muy especial, muy bello, es un libro que ya estaba escrito, que era un libro para hacer álbum, y la ilustradora había quedado como en off-side un año, hasta que se animó a escribirme. Digo, pero claro, vamos a hacerlo, y trabajamos arduamente, y salió ese libro bellísimo, salió, bueno, Los mocos de la furia, bomba total, no sé si lo conocen, es una bomba, es un extracto de una charla que dio Lili, contando la primera furia que ella recordaba en su infancia, y la verdad te pone los pelos de punta. Y bueno, salió ahí en el tiempo, y ahora, hace muy poquito, se rescató un cuento que estaba en una antología perdida, porque se me autoquebró, voy a aprovechar para decir la verdad, autoquebró la Argentina y huyó, y dejó todos sus autores tirados, entre ellos algunos libros de Lili, que por supuesto rápidamente fueron reeditados por otros ellos.

Yo aprovecho para contarles lo siguiente. Hablando de hallazgos, como este libro que apareció desde Cuba, y viajó y llegó, nosotros vamos a espoilear un poquito, porque esto no lo vamos a presentar hoy, pero tenemos un montón de cosas hermosas que se vienen, contarles que EDIFYL, que es la editorial de esta facultad, de filosofía y Letras, está también en un proceso de renovación, va a tener nueva imagen,  nuevas colecciones, todo eso va a ser presentado próximamente en la Feria del Libro de Mendoza, así que nos guardamos la primicia para ese momento.

Pero otra de las cosas en las que está muy, muy interesada la Facultad de Filosofía y Letras, y en esto agradezco muchísimo a las autoridades, es el refuncionalizar el taller de impresión de la facultad, que es un tesoro, que habita aquí en el segundo subsuelo, y donde están presentes aquí Darío, Juan, Claudia y Héctor, que son las personas que han mantenido vivo el taller de impresión durante muchos años, y ahora los libros de la facultad, los libros de la comunidad que lleguen a la editorial de la facultad, porque no solo son para la facultad, sino para que vean también, van a ser todos impresos aquí. Así que... Y entonces, ¿con qué vamos a salir? Sucede como con todo lo que sucede con Lili, ¿no? Viene la magia, empezamos. Bueno, vamos a un libro de Liliana en la facultad, a ver qué aparece.

 

 

Liliana Bodoc: un legado que sigue creciendo en la Facultad

El vínculo entre Liliana Bodoc y la Facultad de Filosofía y Letras ha sido profundo y duradero. En 2016, la autora recibió el título de Doctora Honoris Causa, distinción que honró con generosidad al dictar talleres de escritura creativa, como “Palabras y corporalidad en la escritura literaria”.

Tras su fallecimiento en 2018, la facultad decidió rendirle homenaje nombrando la librería institucional con su nombre, mediante la resolución Nº 218. Desde entonces, este espacio se ha consolidado como un centro de difusión cultural, albergando presentaciones, talleres y obras de egresados.

En 2019, en el marco del 80° aniversario de la FFyL, se realizó un emotivo homenaje con música, poesía y lecturas, reafirmando su presencia viva en la comunidad académica.

Actualmente, con el apoyo de su familia, se trabaja en la edición de sus talleres literarios, como una forma de preservar y compartir su legado pedagógico con nuevas generaciones.

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