Primer Magisterio
“He tenido, a lo largo de mi vida, muchos maestros y maestras, por eso soy muy agradecida para con todos ellos. Los primeros estuvieron en mi casa: fueron mis padres, con una historia que me enorgullece contar, porque ellos tenían solamente estudios primarios; pero eran ávidos lectores, personas cultísimas y, si bien nunca abundaron los recursos económicos en casa, siempre había dinero disponible para un libro”, relata la vicedecana.
“Tengo un solo hermano, mayor, contador público y muy lector. En mis imágenes familiares recuerdo un papá que viajaba mucho por su trabajo, pero que siempre estaba de algún modo, y una mamá muy presente. El tema de la lectura marcó nuestra infancia. Ellos nos guiaron en ese aspecto. Mi papá venía de una familia bastante pobre. Quiero destacar una anécdota curiosa, y poco común en este país, pero que nos enorgullece: mi abuelo, un gran hombre al que no llegué a conocer, fue tres veces intendente de Las Heras y jamás tuvo casa propia. La infancia de mi papa fue muy sufrida. A los 13 años ya estaba trabajando. Pero fue un eximio autodidacta. Se convirtió en una persona con una cultura exquisita. Nos juntábamos los domingos a la mañana para leer los diarios de Buenos Aires, y charlábamos sobre política nacional, internacional, sobre fútbol. Soy muy futbolera por él. En épocas de mundiales, analizábamos todas las selecciones”, recuerda la funcionaria.
“En la secundaria tuve muy buenos maestros. Asistí a la Escuela del Magisterio. Así me incorporé a la Universidad. Aún hoy nos reunimos con excompañeras. En momentos difíciles que tuve que transitar en la vida, ellas estuvieron siempre muy presentes. Una de las profesoras de esa etapa marcó mi vocación: la docente de cuarto y quinto años de Historia, Raquel Amézqueta. Ella hizo que descubriera mi pasión por esta disciplina. No obstante, yo tenía un conflicto vocacional: quería ser abogada; pero en aquellos años no estaba la carrera en la universidad pública. Mis padres no podían afrontar la universidad privada. Recuerdo haber pensado en la posibilidad de ir a estudiar a Córdoba, lo cual tampoco fue factible por la negativa paterna”.
Destino, aprendizajes y felicidad
La Prof. Ceverino continúa relatando que “mi segunda opción era la carrera de Historia. Al año siguiente, se abrió la Facultad de Derecho en la UNCUYO, y mi padre me sugirió cambiarme, pero ya estaba enamoradísima de Historia y de la Facultad de Filosofía y Letras, y nunca me arrepentí de no haber sido abogada. Soy de las personas que creen que no hay que rendirse ante las adversidades, pero que, en algunas circunstancias, hay que dejar fluir las situaciones que, por algo, pasan. Ya tenía destinado estar en un lugar en el que fui y soy inmensamente feliz”.
“A lo largo de mi carrera universitaria tuve 32 materias con 32 docentes que fueron realmente ‘maestros’. Unos/as me marcaron más que otros/as, con algunos había mayor afinidad, de acuerdo al carácter y personalidad de cada uno/a, y tuve la gran suerte de ser amiga de muchos/as de ellos/as. Así, en Primer Año, como profesor de Introducción a la Filosofía, estaba el Dr. Miguel Verstraete. Si bien viví una experiencia de alumna excelente con él, había muchos temas que no entendía muy bien. Cuando terminé de cursar, fui a su horario de consulta para preparar la materia. Y me preguntó, con cierta sorpresa, qué dificultad tenía para preparar la asignatura. Le confesé que no comprendía muy bien muchos de los temas. Él tenía un gesto muy característico, como de arreglarse la corbata. Me miró y me mostró el parcial sin errores. ‘Todo estudiado de memoria. No entiendo’, le dije. Me brindó un horario de consulta: los martes de 9 a 13. Cada martes fue desarrollando la totalidad de la materia para mí. Tal generosidad te marca como estudiante, como docente, como persona”, expresa Ceverino.
Y añade que durante la carrera “hice grandes amigas y amigos, como Liliana Ferraro, Cristina Lucero, Mario Romano, un profesor maravilloso de Historia Argentina, que fue como un padre para mí. En aquellos años, mi papá había enfermado de Alzheimer, y yo había enviudado. Con Mario fuimos compañeros de gabinete, el 220. Los dos hinchas de Boca y de la Lepra mendocina, pasábamos tiempo hablando de fútbol, conocimos nuestros hijos, nuestras familias. Nació una afectuosa y cálida amistad que creció con el tiempo”.
El camino optimista de la formación
“Quien me moldeó, me marcó y acompañó fuertemente fue el Dr. Adolfo Omar Cueto. Se convirtió en familia para mí junto a la Prof. Adriana García. El Prof. Cueto me enseñó a investigar, a dar clases y a gestionar con gran generosidad. Por ejemplo, me acompañaba a investigar en el Archivo Histórico en enero, aquí en Mendoza. ¿Quién es capaz de semejante generosidad? Él, que era JTP, lo hacía con su alumna de grado. Lo conocí en 4to. Año, cursando un Seminario de Historia Regional, que se aprobaba con una monografía final. No conocía el archivo y se ofreció a acompañarme y guiarme en búsqueda de datos, solicitud de archivos, comprensión de lecturas, chequeando información de manera ordenada y sistemática”, puntualiza la vicedecana.
“El Prof. Cueto había sido también Secretario Estudiantil –recuerda- antes de ser Decano. Prácticamente diseñé la gestión de gobierno a partir del área estudiantil a su lado. Fue invalorable su apoyo durante una construcción política conjunta, a lo largo de 20 años. Ambos somos la muestra viviente de que en disenso político también se construye, porque él es peronista y yo, radical. Sin embargo esa construcción fue armónica y cuando llegué al vicedecanato un sueño se hizo realidad”.
“Mucha gente me ha formado y me sigue formando. Me dediqué a la Historia de la Educación, por lo que adhiero a un concepto denominado ‘optimismo pedagógico’, según el cual todos los cambios personales y sociales pasan por la educación. Me encanta seguir aprendiendo. Si voy a una ciudad, me gusta conocer la historia de los lugares, el paso a paso de los procesos”.
La Gestión estudiantil y futuro prometedor
“La Secretaría de Gestión estudiantil es uno de los lugares en que he sido más feliz, porque estreché vínculos con los y las estudiantes. Tuve mucho feeling con ellos. En esa tarea de gestión me acompañó Emmanuel Persia, quien ha demostrado grandes capacidades y cualidades para desempeñar esas funciones. También Romina Pereyra, con un trabajo impecable que nos permite mantener vínculos con nuestros egresados y egresadas, y Laura De Faveri quien ideó “Progresa", un programa de egreso que permitió graduarse a estudiantes que ya habían dejado la facultad. Actualmente, muchos/as estudiantes me vienen a visitar al vicedecanato, ellos/as me llenan de esperanza, de oxígeno. Por eso no estoy de acuerdo cuando afirman que este país está acabado. No está acabado, con esa juventud maravillosa que tenemos. ¿Por qué poner énfasis en lo que no funciona si hay tantas cosas que funcionan? Tenemos un gran país, con educación y salud gratuitas, con derechos humanos fundamentales”, afirma Ceverino.
El aprendizaje en la actual gestión
Al ser consultada sobre su presente en la facultad, subraya que “hoy, al lado del nuevo decano, el Dr. Gustavo Zonana, aprendo de su templanza, de su contundencia cultural, de su bonhomía. Y de cada integrante de la comunidad educativa entera, de mis hijos, continúo aprendiendo a compatibilizar, a compartir, a refrenar los impulsos”.
“Cuando llegué, encontré un vicedecanato ‘a lo Zonana’ y ‘a lo Cueto’: producto de una gestión de gobierno prolija, ordenada, contundente. Con Gustavo Zonana, en la anterior gestión, ya había comenzado un vicedecanato muy activo, muy distinto al rol de los/as vicedecanos/as de otras Unidades Académicas, en las cuales desempeñan un papel más protocolar: reemplazan al/la decano/a en el Consejo Directivo si no pudiere estar, u otras funciones secundarias”, indica la vicedecana.
Compromisos y desafíos
“Cuando asumimos la actual gestión de Gobierno, lo primero que hicimos fue distribuir Secretarías a cargo de cada uno. Así, desde el vicedecanato, se puede participar activamente en el gobierno de la facultad, con las funciones propiamente dichas de vicedecana más las Secretarías Estudiantil, de Extensión y de Vinculación, una de las nuevas incorporaciones de esta gestión. Hemos iniciado otras reformas que considero grandes aciertos para nuestro modelo de gobierno: la puesta en marcha de las áreas de Comunicación y de Articulación Social. Esta última responde a una gran demanda de la facultad, y brinda excelentes oportunidades de relación con el medio, poniendo en juego y reflejando la esencia de la universidad pública”. Y agrega que “estas iniciativas se relacionan con una aspiración legítima de nuestra gestión: la de atender la problemática del territorio. El Dr. Adolfo Cueto ocupó el cargo de Secretario de Relaciones Institucionales y Territorialización Universitaria de la UNCUYO, y desde ese lugar solucionó y planteó cuestiones atinentes a la problemática de la territorialización. Luego, durante su gestión como Decano, se desarrolló el Ciclo Básico de Lenguas, que era intermedio (porque los estudiantes se integraban y cerraban el ciclo en la facultad), en Junín, y que estuvo a cargo del vicedecano Dr. Zonana. Posteriormente se creó la carrera completa del Traductorado de Inglés. Pero más allá de lo estrictamente académico, siento el gran compromiso y obligación moral de gestionar una universidad pública que llegue a la gente. La universidad es pública, pero no es gratis. La universidad es sostenida, generalmente, por quienes no pueden llegar a ella, a través de sus impuestos”.
El lugar de la Casa de Estudio
“La universidad y la Facultad no están en la cima, en una campana de cristal irradiando sabiduría hacia la comunidad que está abajo. Nuestra Casa de Estudio es un ámbito de formación permanente y continua. Me gusta hablar de construcciones colectivas, porque creo que nuestra Facultad, como generadora de conocimiento, tiene todo para brindar alternativas sin imposiciones, a través de un intercambio, como un actor más en el proceso de construcción social”.
“El día que asumí como vicedecana, estaba presente mi mamá, y agradecí públicamente su esfuerzo y el de mi padre para lograr que mi hermano y yo formáramos parte de la primera generación de estudiantes universitarios de la familia, lo cual me llena de orgullo. Y fue gracias a nuestra universidad pública y gratuita que mis hijos también pudieron continuar estudiando”, explica Ceverino.
Y la funcionaria añade que “soy una defensora de los principios de la Reforma del ’18 (cogobierno, periodicidad de las cátedras, responsabilidad de los actos públicos), de esa República colocada en la universidad, sin embargo no podemos olvidar el enorme valor de la gratuidad de la enseñanza, que nació varios años después, con la presidencia de Juan Domingo Perón”.
“En el actual Consejo Directivo vemos reflejado el pluralismo ideológico. No todos venimos de las mismas construcciones políticas ni tenemos la misma edad, hay docentes, egresados, no docentes, estudiantes; jóvenes y experimentados en un ámbito de diálogo y de construcción tal que todos los proyectos han sido definidos con su correspondiente resolución. Hemos debatido y realizado intercambios de ideas durante horas y hemos logrado una construcción colectiva maravillosa desde el disenso y desde el consenso.
Algo que me asusta, a nivel personal, es la falta de honradez intelectual y política, la falta de sinceridad. Ingresé a la universidad en 1982 y nunca más me fui. Desde entonces, hasta hoy, son pocas las personas que me han generado ese miedo”.
Metas inmediatas
Al ser consultada sobre objetivos a corto plazo, la funcionaria expresa que “queremos profundizar aspectos de vinculación. Con la Prof. Claudia Valpreda, Secretaria del sector, estamos revisando los convenios para evaluar cuáles actualizar, a los fines de tener una política de territorio ordenada, y que sea eficiente, para responder a las demandas sociales reales”.
“También estamos trabajando bastante con la Prof. María Ana Verstraete, Secretaria Académica de gran experticia, las cuestiones referidas a ese ámbito, fundamentalmente las vinculadas a los mecanismos para lograr que los estudiantes acorten el tiempo de su carrera. Actualmente el estimado de tiempo promedio para recibirse en la universidad es de 2 puntos, es decir que cualquier estudiante tarda el doble de lo previsto por el plan de estudios para graduarse. Este es un gran desafío que queremos encarar. Tenemos planes de estudio que son modelos a nivel internacional. Universidades del mundo nos solicitan que les enviemos profesores/as para capacitarlos en el proceso de modernización de planes de estudio. Hoy, debemos implementar lo establecido en esos planes, y, en consecuencia, otra de las metas que se configura como gran desafío es comenzar a trabajar en el sistema de créditos, lo cual nos podrá insertar en el mundo de otra manera”.
“Desde el punto de vista de la gestión somos muy normativos. Si bien se realizaban gestiones ordenadas y transparentes de manera consuetudinaria, hemos decidido dejar por escrito cada proceso. Así, el Consejo Directivo de la FFyL ya tiene su reglamento escrito y sus Actas son publicadas en la página web de la Facultad. También hemos aprobado en el ámbito del Consejo, cómo deben llevarse a cabo los procedimientos para el ingreso a las cátedras, reemplazos docentes, etc.”
Finalmente, Ceverino agrega que “es necesario también revisar algunos emergentes, como fue el caso del accidente de los/as estudiantes que regresaban de El Challao, luego de realizar sus prácticas de actividad física saludables. Es importante evaluar estos procedimientos, más allá de la prolijidad institucional con la que se afrontó esta emergencia. Nadie de nuestra Facultad sale sin estar asegurado/a, así la actividad demande un día o un mes, y la Facultad es área protegida ante emergencias. Ese orden y seguridad en la gestión la hemos heredado del gobierno anterior”.
Equipo de trabajo, deseos y agradecimientos
“Todo nuestro equipo de trabajo es muy sólido, afable, está conformado por personas muy idóneas, que han sido específicamente elegidas por su talento, experiencia, personalidad. De la manera y con el estilo que trabajamos aquí, no sé si se trabaja afuera, en otras unidades académicas, con las que las comparaciones son inevitables”.
“Vislumbro un 2023 con grandes desafíos de crecimiento y paz social para el país, para nuestro pueblo que trabaja siempre. Y quiero agradecer a Dios, a mis padres, a mis maestros, a mis alumnos, a mis hijos, a las autoridades que nos precedieron y nos dejaron una facultad ejemplar para gestionar, a la vida, porque soy sobreviviente de un accidente automovilístico, que ocurrió hace 20 años y que me permitió entender cuánto tenía que aprender y a valorar de un modo especial lo generosa que ha sido la vida conmigo. Estoy convencida de que si continúo acá debe de ser porque algo tengo que hacer con y por todos/as en esta maravillosa construcción colectiva que nos proponemos”, cierra la actual vicedecana.
"Estoy convencida de que si continúo acá debe de ser porque algo tengo que hacer con y por todos/as en esta maravillosa construcción colectiva que nos proponemos”.