De distopías y ecología
Al ser consultado sobre los abordajes analíticos de su especialidad, la ficción distópica y la ciencia ficción, Engélibert señaló que “en la literatura francesa reciente, hay una corriente vinculada con la ciencia ficción y la distopía. Esta está relacionada con conflictos políticos y sociales no particularmente franceses. Más bien constituye una respuesta a problemas vigentes en muchos países del mundo: emergencia ecológica, hegemonía neoliberal, tendencias autoritarias de algunos gobiernos. Este tipo de literatura, que durante muchos años fue desestimada, ahora resurge y se muestra en primer plano. La distopía y la utopía pertenecen a la ciencia ficción. Lo esencial de la distopía es reflejar un mundo distanciado del real, pero que sirve para revelarlo”.
También hizo referencia a la escritura que problematiza la cuestión ecológica: “desde hace unos 10 o 15 años la literatura contemporánea francesa dio un giro hacia el interés por temas ecológicos. Obras de teatro y ensayos se abocan a esta problemática que sobrevuela y se incluye en otras”.
Entre los autores representativos de este abordaje Engélibert mencionó, por un lado, a Élisabeth Filhol y su novela “Doggerland”. Por el otro, destacó a Alain Damasio con “Les furtifs”: “Filhol escribió la historia de una tempestad que arrasa el Mar del Norte. Esa tormenta, que fue real, aconteció en una zona entre Gran Bretaña y Dinamarca. El desafío de la autora fue describir a la tempestad como un monstruo mitológico que se revela ante las perforaciones petroleras en el Mar del Norte. Es como si esas explotaciones marítimas hubiesen despertado una antigua potencia dormida, sin dejar de lado la visión científico-racional del fenómeno, aportando datos científicos, con la presencia de satélites, radares, etc. Es decir que, si bien se describe a la tempestad como una criatura mítica, esta puede ser detectada y medida por los aparatos científicos”.
“Por su parte, “Les furtifs” (“Los furtivos”) actualmente es un best seller en Francia. Alain Damasio escribió tres novelas (NdR: “La zone du dehors”, “La Horde du Contrevent” y “Les furtifs”). Este texto del autor relata la existencia de animales imaginarios que son tan rápidos que no se pueden ver porque son expertos en el arte del camuflaje. Imagina una sociedad francesa situada en el año 2050 en un contexto de vigilancia extrema. Los humanos intentan aprender, de los animales furtivos, cómo eludir ese control social”, explicó.
Las nuevas investigaciones y el Congreso
Con respecto a los proyectos en los que está trabajando actualmente y los temas que continuará explorando en el futuro, Engélibert detalló que “estoy investigando la distopía y la ciencia ficción apocalípticas, ficciones ecológicas que representan y prefiguran los desastres y la destrucción de la humanidad”.
Asimismo, contó que “como autor de ficción, me planteo cómo encarar la escritura a partir de imágenes. Particularmente en mi novela “Vicki et Mr. Lang” hago referencia a este cineasta alemán (NdR: Fritz Lang -1890/1976) que se exilió en Estados Unidos. En esta narración, se relata la producción de una película de este cineasta, “Human desire” (“Deseo humano”). El film de Lang, de 1954, es poco conocido. El propio director lo menospreciaba”.
“Por supuesto que contar el film no era suficiente para que “Vicki et Mr. Lang” fuera una novela interesante, por lo que fueron entretejiéndose escenas del film con otras imaginarias de hechos acontecidos al momento de producirse la película. En ella, se relatan las relaciones entre el realizador y Vicky, el personaje principal de la novela. Los sucesos más importantes sobre la realización de la película fueron reales, y los acontecimientos acaecidos durante el montaje están documentados. Sin embargo, se narra la historia desde el punto de vista de la protagonista. Es cuando el relato se torna ficcional”, expresó.
Para finalizar, y con referencia a su experiencia en el evento internacional de literatura francesa y francófona, el catedrático manifestó su grata sorpresa al detectar “la gran expectativa que despiertan, en la comunidad académica de la Facultad de Filosofía y Letras, tanto la literatura como los trabajos intelectuales de universitarios/as franceses/as. Tanto colegas como alumnos/as, con los/as que pude conversar, hablan muy bien el francés”. Y subrayó “el gran interés” de los/as estudiantes locales por la cultura gala “que raras veces encontré en otro lado”.