La Librería de Filosofía y Letras volvió a inaugurarse con el nombre de la escritora y poeta Liliana Bodoc. Se reabrió con la idea de ser un espacio en continuo movimiento, de difusión y de encuentro; un lugar para todos los actos culturales y académicos que estén vinculados con el libro, café literario, científico, presentaciones de publicaciones, ateneos y encuentros estudiantiles.
Se ubica en el primer subsuelo de la Facultad y está abierta de 9 a 20. A la entrada hay una placa con el nombre de Liliana Bodoc. Se trató de un pedido y tratamiento en el Consejo Directivo de esa Facultad y aprobado por resolución Nº 218.
Allí se pueden encontrar revistas científicas, producción bibliográfica de la editorial de esa Unidad Académica, material en consignación, libros de ingreso a primer año de todas las carreras de la Facultad, entre otras opciones. Actualmente se está realizando un inventario, y poniendo a la venta el material de ingreso a todas las carreras de Filosofía.
Reinauguración y homenaje a Bodoc
Fue un acto emotivo del que participaron el decano Adolfo Cueto y vicedecano Gustavo Zonana, el hermano de Bodoc, Hugo Silvio Chiaveta, la profesora de Letras, Marisa Pérez, y de la Librería la directora académica Marta Castellino, el encargado general Marcelo Navarrete, y el responsable de las Relaciones con la Comunidad y otras editoriales, Mario Rubín.
En ese contexto Hugo Silvio Chiaveta agradeció al decano de Filosofía y a los profesores y estudiantes que se acercaron al encuentro. “Estar aquí me produce una mezcla de orgullo y a la vez de tristeza. Nos retrotrae al máximo galardón que recibió la Lili: el Doctorado Honoris Causa", distinción que se le entregó en mayo de 2016 y una de las pocas veces que la vió emocionada. Dijo a su vez que ella valoraba absolutamente su paso por esa Facultad y lo reivindicaba como un gran aporte a su formación como escritora.
Luego leyó conmovido un fragmento de una de las últimas obras de Bodoc “El arte de los confines. Venado”, que alude al primer libro de la saga Los días del Venado; publicación que entregó al espacio como un presente de la familia.
Por su parte Adolfo Cueto habló del significado de la Librería y del camino que buscan recorrer con ella. En ese sentido explicó que la intención de reabrirla tiene que ver con la necesidad de visibilizar y potenciar lo que se hace en esa Unidad Académica. “El objetivo puntual que nos estamos proponiendo es que se dinamice nuestra presencia en el medio", apuntó. Asimismo rescató que si bien están presentes como individuos, escritores, poetas novelistas, investigadores, lo que hay que darle es la institucionalidad, "porque existía una librería, una estructura dentro del área editorial, pero hay que potenciarlo".
Al respecto comentó que lo que los identifica como Unidad Académica es el libro y es a través del cual se expresan y dan a conocer no solamente las investigaciones y el intelecto sino también los sentimientos. Sobre ese punto destacó que históricamente la Editorial de la Facultad produce al año entre 45 a 50 títulos, entre revistas de investigaciones y libros de autores y agregó que este año buscan sumar libros de otras editoriales.
En cuanto al espíritu de la Librería, Cueto subrayó: “Estas mesas, luces, sillones, cafetería, son la invitación a que sea un espacio de lectura, donde le perdamos el miedo a tomar el libro y empecemos a releerlo. Queremos que sea un lugar de encuentro de docentes, estudiantes, personal de apoyo y graduados. Donde podamos presentar libros de estudiantes, donde se puedan organizar actividades en torno al libro. Un espacio de encuentro de uno con el libro y de promoción".
En alusión a Liliana Bodoc, remarcó que no es una casualidad que lleve su nombre porque fue miembro de la comunidad de Filosofía: “Son esos alumnos casi graduados y profesionales que llevan muy arriba el nombre de la Facultad, más allá que no haya terminado sus estudios acá".
Por último recordó una parte del discurso que ofreció Bodoc tras recibir el Honoris Causa, al nombrar a los docentes que la habían marcado y al mencionar que su paso por esos pasillos y aulas la habían nutrido lo suficiente como para poder volar y ser ella misma fuera de lo que era el titulo como tal. "Es una fiel representante de lo que debemos ser como miembros de esta comunidad. Espero que esa filosofía de vida que nos planteó sea realmente el espíritu de esta librería y que sea un disparador para seguir ampliando espacios con esta dinámica, porque son éstos los que hacen que una Facultad tenga sentimientos", concluyó el Decano.