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La vida dibujada de Chanti

El reconocido historietista participó en el Tercer Congreso de Literatura Infantil y Juvenil de la FFyL. Compartió con los asistentes un repaso por su vida, sus inquietudes y miradas.

imagen La vida dibujada de Chanti

Ilustrador, diseñador, historietista pero principalmente, contador de historias: Chanti fue uno de los participantes del Tercer Congreso de Literatura Infantil y Juvenil. En su Conferencia Plenaria llamada: “Una vida dibujada”, realizó un breve repaso por su trayectoria y sobre cómo es la creación de historias e ilustraciones para niños y niñas.

Chanti es Diseñador Gráfico, egresado de la Universidad Nacional de Cuyo. Ilustrador e historietista, es uno de los fundadores de Banda Dibujada, movimiento cultural que apoya la creación, edición y difusión de la historieta para niños. Al mismo tiempo participa  activamente en el Círculo del Cuadrito, una agrupación de historietistas de Mendoza.

Ha escrito alrededor de 40 libros, principalmente historietas para el público infantil. Entre sus obras se destacan las tiras de Mayor y Menor, Facu y Café con Leche, Payunia City entre otras. Ha ilustrado materiales educativos e informativos para distintos organismos del gobierno mendocino y empresas comerciales. Podemos encontrar las ilustraciones de Chanti en muchos trabajos de la Dirección General de Escuelas de Mendoza, colaborando constantemente.  

 

“Desde muy pequeño me encantó narrar con dibujos, no sólo dibujar sino contar historias con los dibujos. La historieta me vino entonces como anillo al dedo”.

 

Sus inicios

Su viaje por el mundo de la historieta comenzó desde muy pequeño. Él recuerda con cariño sus épocas del Jardín de Infantes, en esos años invaluables de la infancia cuando niños y niñas dejan volar su imaginación en hojas de papel y cuentan historias en sus dibujos. Chanti encontró una fascinación allí. Cuando él aún no sabía leer ni escribir, sus hermanos le ayudaban a rellenar los globos de diálogos con palabras. Por eso no pudo ser más feliz cuando en primer grado aprendió a leer, ya que podía también leer aquellas historietas que sus hermanos mayores leían y darle forma con la palabra a sus propias historias.  

En una época difícil para la sociedad argentina, golpeada por la dictadura cívico-militar del 76, Chanti niño, no comprendía bien qué estaba sucediendo, pero sí cómo en la escuela no se le permitía elaborar historietas. Así que, cuando les pedían ilustrar algún día patrio, que debía ser un solo dibujo, Chanti cuenta cómo, aun así, intentaba contar una historia. 

 

La historieta en su vida

De casualidad, su padre compró una revista llamada “Espirú”, que provenía de Francia y Bélgica. Realizaba recortes a los personajes de las revistas para incorporarlos a sus historietas, así como también creaba personajes y los coleccionaba en un álbum de figuritas. 


“Hice historietas a pesar de la escuela” dijo Chanti, ya que no estaba bien vista esta forma de arte en esos momentos. Las clases de dibujo eran muy estructuradas y muchas veces iban en contra de los deseos de inventar cosas nuevas. Recuerda cómo la exigencia en la escuela secundaria era de dibujar “Naturaleza Muerta” y en su inocencia, dibujó un pequeño pájaro muerto sobre un libro, hasta que se le explicó -con reto de por medio- que la naturaleza muerta se trata de los objetos inanimados. Pero Chanti siempre buscaba contar una historia y en esas exigencias, le parecía muy difícil encontrarlas. 

Sin embargo, recordó con cariño a su profesora Eliana Molineri, que lo alentó durante la secundaria.

Molineri fue una reconocida escultora a quien se le ha dedicado el Espacio Contemporáneo de Arte ubicado en la calle 9 de julio, de Ciudad. 

 

Chanti, que asistía al Colegio Universitario Central (CUC), dependiente de la UNCuyo, comentó que les daban a elegir entre profesores especializados en arte para asistir a talleres los días sábados. Aunque ninguno de los profesores disponibles daba clases de historieta, y Eliana dictaba cerámica, aun así llevó a Chanti a su clase y lo alentó a elaborar allí sus historietas. 

En su adolescencia publicó dos pequeños libros, ediciones sencillas de una editorial chiquita de Mendoza, que en realidad era una fotocopiadora y hacía duplicaciones. El dueño, Héctor, adoraba la literatura y hacía concursos de diversos géneros, de los cuales luego publicaba esos libros. Chanti cuenta que ganó el concurso de cuentos infantiles ilustrados.

Chanti siempre se inspiró en los animales y la fantasía y ante el temor de perder la inspiración algún día, inventaba más y más personajes que luego lo acompañarían en su travesía. 

 

Su vida profesional

Como no existe una formación específica de historietas en Mendoza, Chanti optó por realizar la carrera de Diseño Gráfico de la UNCuyo. A los 21 años comenzó a trabajar profesionalmente, con el miedo a cuestas de no lograr cumplir su sueño, en un entorno donde vivir de hacer historietas era un camino más bien imposible. 

Su primera historieta publicada en un diario de manera profesional fue “Mati Bombilla”, en un diario de San Juan. Se trataba de una historia muy regional, de un niño que vivía en el campo con su lagartija Bombillas, con todo lo que pasa en el campo. Las observaciones que recibió a través de las cartas fueron agradeciéndole por presentar una historieta ubicada geográficamente en San Juan, ya que las historietas más reconocidas hasta ese momento eran de Disney, mostrando otros paisajes y situaciones que muchas veces nos resultan tan ajenos. En las películas de Disney o en los dibujos animados, se mostraban animales africanos, o los que habitan en Norteamérica, pero, ¿y la fauna local? 

Chanti que siempre amó a los animales y que iba con su padre a la montaña, se daba cuenta de estas situaciones. Por eso podemos encontrar, a lo largo de su carrera, representaciones de nuestra fauna silvestre.

En uno de sus viajes a Buenos Aires en búsqueda de trabajo, descubrió que existía la fundación Vida Silvestre y que tenía una revista. Se acercó para proponerles hacer una historieta de humor con el oso hormiguero, que es el protagonista del logo de Vida Silvestre. 

“Yurumí” se llamaba este oso hormiguero al cual otros animales llegaban a contarle sus problemas, ilustrando situaciones de especies en peligro de extinción o amenazas a sus hábitats. Así trabajó durante 11 años, adquiriendo profundos conocimientos sobre la fauna local de Argentina. A partir de esto, escribió una colección de cuentos para chicos y chicas sobre animales de Argentina, incorporando sus características principales de manera sencilla, contando historias sobre ellos. 

Nuestra identidad implica conocer el lugar que habitamos. En los medios masivos muchas veces esta identidad se licúa y no alcanzamos a apreciar lo que nos rodea. Chanti había adquirido conocimiento no sólo de la gran cantidad de especies que convivían con nosotros en nuestro territorio, sino de los distintos hábitats y paisajes que conforman la Argentina. Esto fue inspiración para una gran cantidad de libros, historietas e ilustraciones que conforman su carrera hasta la actualidad. 

En su búsqueda por elaborar historias, no buscaba la misma fórmula de siempre: sino que intentaba sorprender sin subestimar al lector o lectora. Por eso creó un superhéroe que se llamaba “Superbueno”, un superhéroe de la no violencia como parodia a la misma fórmula de héroe- villano. 

 

La magia de las infancias

“Es raro para mí dar una charla, así sentado y con adultos, porque yo siempre doy charla para chicos, parado” aclaró al principio de la conversación. 

“El público infantil es muy exigente y muy detallista” manifiestó el historietista, ya que en su experiencia advierte cómo niños y niñas no se les escapan los detalles, además de que en sus prácticas, leen una y otra vez los libros, por los que se los aprenden de memoria. 

Comentó cómo se ha permitido poner cosas en sus historietas para niños y niñas, más fuera de lo políticamente correcto, que para grandes. Explicó que las infancias tienen una amplitud de mente increíble, ya que no juzgan a las personas, no están contaminados de prejuicios.

“Puedo hacer un personaje de cualquier cosa, de un foco, y ellos lo aceptan”, comentó, de esta manera es más fácil dejar volar la imaginación que cuando se generan historias para adultos/as, que todo se puede volver un poco más limitante.

Su relación con las infancias ha sido siempre muy cercana. De hecho, se inspiró en sus sobrinos para elaborar la tira “Mayor y Menor”, su historieta más reconocida. Escuchar lo que ellos tenían para decir fue fundamental para armar sus historias. Facu y Café con Leche también es otro de sus éxitos para niños y niñas que muchas personas recuerdan con cariño. 

 

En su recorrido, Chanti ilustró no solo con dibujos, sino con muchas anécdotas, su trayectoria en el mundo de la historieta y la creación de historias para niños y niñas. Enterneció a los presentes con sus recuerdos, pero también dejó una reflexión muy importante: Es importante comprender la lógica que tienen los más pequeños/as para explicar los sucesos que ocurren en el mundo, porque además de ayudarnos a lograr un acercamiento, también nos ayudarán a nosotros/as a descubrir nuevas perspectivas de descubrir el mundo que nos rodea.

 

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