ARCA: El origen de todo

Ramiro Zó comenzó la charla comentando el origen de la Unidad de Gestión: “el antecedente principal lo encontramos en 2017, durante la gestión de Oscar Santilli, acompañado por Miriam Flores. Ellos tuvieron el proyecto de monitorear las revistas de FFYL, que poco después se concretó en ARCA (Área de Revistas Científicas y Académicas), inaugurada en el 2018. ARCA es el inicio de todo”.

ARCA se ocupa de gestionar las revistas científicas y académicas de nuestro claustro, de manera ordenada y con las condiciones de publicación virtual correctas, para que puedan acceder a los espacios de reconocimiento de calidad, puntajes evaluativos y demás requisitos que visibilizan la calidad de la Facultad y de la Universidad ante el mundo.

“Volviendo a nuestra historia, encontramos gran volumen de publicaciones científicas en la Facultad: actualmente, de 30 revistas que se publican en UNCUYO, 20 son de FFYL. En la gestión de Adolfo Cueto y Gustavo Zonana, decidieron ordenar este volumen de publicaciones. Algunas de nuestras revistas existen desde hace más de 80 años. Hay otras nativas digitales, o sea que nacieron publicándose exclusivamente de forma virtual”.

“Quedé a cargo de un equipo que tiene una lógica de trabajo muy particular. Es una especie de “redarquía”, o sea que el trabajo se basa en una estructura en red, en la conectividad. Funciona de forma más ágil que la estructura jerárquica y su implementación permite liberar al modelo organizativo”.

“A fines del 2018 ARCA comienza a ‘despegar’. Por un lado, se posiciona como referente institucional dentro de la FFYL respecto a derechos de autor, producción científica, difusión de las ciencias y edición académica. Por otro, se experimentó un crecimiento exógeno a niveles regional, latinoamericano e internacional. La expansión fue enorme, al igual que el crecimiento de los vínculos. Comenzamos a relacionarnos con la UNLP, con la UBA, con Redalyc de México; nos sumamos a militar en movimientos por el acceso abierto y a otras iniciativas de accesibilidad, coordinando con lo que ya se venía haciendo desde el repositorio de la Biblioteca Central. Realizamos capacitaciones, asesorías, webinars".

"La pandemia nos potenció, cobraron mucha relevancia las publicaciones digitales, sobre todo las de acceso abierto. Hubo un cambio de paradigma”.

“Es importante destacar que todas nuestras publicaciones son de acceso abierto en el sentido más amplio, lo que se llama acceso diamante, esto es, que pueden ser leídas de forma completa sin necesidad de suscripción y sin pagar nada, a la vez que los investigadores tampoco deben pagar nada para que su artículo se publique en nuestras revistas”.

“Después de la pandemia –relata Zó- Cueto nos pidió nuclear espacios y productos vinculados a la cadena de conocimientos: así sumamos nuestra editorial, EDIFYL y la Librería Bodoc”.

Una nueva dinámica

Ramiro Zó también nos contó que el trabajo de publicar no termina cuando el material está impreso o en internet, sino que es fundamental “sumarnos en la tarea de difundir la ciencia, de acercarla al estudiantado, a los/as docentes, a través de un libro o de otros tipos de producción académica o literaria. Nos interesa el feedback de ese conocimiento, esto es, lo que tienen para decir los lectores”.

“Un gran problema de las academias es que se encapsulan y no salen hacia el entorno. Queremos superar esa dinámica; que la Universidad se abra aún más, vinculando los avances del ecosistema de publicaciones con la comunidad mendocina y latinoamericana, desde nuestros espacios de trabajo”.

También explicó que “muchos docentes están acostumbrados a verse solo como tales, no como autores. Desde la Unidad creemos que todos podemos ser autores si tenemos algo importante que decir; cualquiera puede acercarse a nuestra oficina y le aportaremos herramientas para que ejercite esa capacidad y pericia de ser autor”.  

Y agregó que “constantemente hacemos esfuerzos por capacitarnos. Hace muy poco participamos de una estancia laboral de intercambio con Eduvim, la editorial de la Universidad Nacional de Villa María (Córdoba) en donde nos nutrimos mutuamente sobre diversos temas vinculados a la edición”.

El equipo: de “arcanos” y labores compartidas

Al referirse a su equipo, Zó comenzó hablando sobre la Librería Bodoc, “donde encontramos a Víctor Mortensen y Marcelo Navarrete. Actualmente, con ellos estamos trabajando para que la librería represente la fase de la comercialización de nuestros productos propios y también los recibidos en consignación, y además sea una plataforma cultural”.

“ARCA, por su parte, nuclea a los gestores que se encargan de publicar y sostener las revistas virtuales. Se organizan para que cada gestor monitoree 4 o 5 revistas. Contamos con Facundo Price, quien tiene la mayor carga horaria y conoce el estado de todas las revistas, luego están Lorena Frascali, Ángeles Sánchez Erasun, Florencia Francalancia y Juan Barocchi. En nuestras redes verán que nos autodenominamos ‘los arcanos’, gentilicio de humor que deviene de ARCA. Cuando nuestro trabajo despegó de forma acelerada, las redes se constituyeron en un vínculo fortísimo con la comunidad que participa del conocimiento científico”.

Zó también explicó que “existen trabajos mancomunados entre EDIFYL y ARCA, por lo que hay personas que comparten funciones, como es el caso de Clara Luz Muñiz, que es la diseñadora en ambas oficinas. Juan Barocchi se ha sumado recientemente a trabajar en maquetación de libros y revistas. Nadia Díaz es correctora y editora, y además responsable de las redes sociales de ARCA”.

En cuanto al personal administrativo, mencionó a “Miriam Flores, quien trabaja en contrataciones y acuerdos; y Elisa Costarelli, que realiza la gestión administrativa y atiende la agenda de reuniones y vínculos con autores. A nivel técnico tenemos la imprenta, donde desarrollan sus labores Darío Soria y Claudia Ruano”.

El cambio de paradigma

Para Ramiro Zó “el ecosistema de edición ha mutado en todo el mundo por múltiples razones. Una de las cuestiones que nos preocupa ahora es el costo dolarizado del papel y la escasez de suministros. Nuestro objetivo es trabajar sobre este estado de cosas y tomar los elementos que favorecen la expansión del conocimiento, propician nuevas lecturas y forman nuevos tipos de lectores. Cambiaron las reglas de juego: las revistas ya no se evalúan en papel en los índices y bases científicas, sino a través de su portal, del sitio web de cada una. Hay una nueva concepción del libro y de la lectura y cada vez cobra más importancia lo ecosustentable, para reducir la huella ecológica y el consumo de papel”.

Los desafíos

Con referencia a los desafíos inmediatos de la Unidad a su cargo, Zó señaló que “la meta primaria es fortalecer el equipo de trabajo y afianzar el grupo. Por una parte, continuar capacitándonos, porque la edición científica es un campo que cambia continuamente. Estamos utilizando la inteligencia artificial (IA) para mejorar nuestro trabajo en diversos planos, participamos de los debates del futuro de la edición y de los equipos de investigación sobre evaluación de la ciencia. Con todo esto, aportamos un poco de actualidad a través de la elaboración de contenidos de fácil lectura como los ARCAtips (ya llevamos tres años realizando estas infografías y hemos creado más de 120 de estos materiales, que se publican cada martes en nuestras redes sociales)”.

Asimismo, explicó que “a largo plazo, queremos seguir fortaleciendo los vínculos con otras áreas de la Facultad, como Posgrado, Investigación, Académica, el repositorio de la Biblioteca Central”.

“Tenemos proyectos de carácter social en defensa de la infraestructura de la universidad pública, de la inclusión y de la producción científica en tal contexto, y defendemos el acceso abierto a la ciencia y la apertura del conocimiento".

"La infraestructura pública sostiene nuestra existencia académica y nuestros repositorios, premiados a nivel internacional, nos hace presentes en la conversación de la ciencia, nos convoca a hacernos preguntas y nos pone constantes retos para seguir el ritmo de las tecnologías emergentes”.

Ramiro Zó: trayectoria y perfil

Al ser consultado sobre su perfil y sus referentes, Zó nos contó: “trabajé como asistente de editor y editor en los cuadernos del CILHA (Centro Interdisciplinario de Literatura Hispanoamericana), bajo la dirección de Claudio Maíz desde el 2006. Llegué a Imprenta cuando estaba dirigida por Héctor Monsalvo y gracias él pude conocer la ‘cocina’ de la edición en papel. Comencé a trabajar como Coordinador de ARCA en 2019”.

“Inicié la coordinación de la UGPDC en el 2021 -continuó-. Soy Profesor, Licenciado y Doctor en Letras, me recibí en 2013 de doctor con una de las primeras defensas híbridas de tesis. Hoy, las defensas son todas virtuales, por economía de recursos. Participé de una instancia posdoctoral en la Universidad Federal de Río Grande del Sur (Universidade Federal do Rio Grande do Sul) sobre Historia, dirigida por Claudia Wasserman. A nivel epistemológico, pasé de estudiar la novela sentimental a la testimonial”.

Al hablar de sus referentes puntualizó: “destaco a Carlos Gazzera, el director de EDUVIM, quien en 15 años logró una presencia de respeto y con una impronta propia que todos los editores universitarios reconocen. También Clara Luz Muñiz supo enseñarme muchos aspectos de la edición, porque no solo es una excelente diseñadora sino que entiende todo el trayecto de elaboración de un libro y una revista. Una editora en el software OJS para revistas, de la cual pude aprender mucho, es Claudia Fonseca, de la Universidad Federal de Pelotas (Brasil). Ella tiene a su cargo la revista Caderno de Letras. Aprendí mucho de los bibliotecarios, Guillermo Banzato, Cecilia Rozemblum, Adrián Méndez, Horacio Degiorgi, quienes comparten con nosotros las mismas inquietudes respecto del uso responsable y buenas prácticas de edición, derechos de autor y trabajo de citación”.

“También quiero mencionar a Carolina de Volder, de la UBA, que vino a darnos capacitaciones sobre revistas virtuales cuando esto apenas empezaba a surgir. Otra persona muy valiosa es Maximiliano Salatino -del grupo de investigadores de Fernanda Beigel- con sus estudios sobre el ecosistema de publicaciones y el acceso abierto. Con Maxi y con Clara estamos en un proyecto de investigación PICT de la Agencia para mapear la edición científica de libros de toda Argentina, y con Fernanda, estoy en un Proyecto UNESCO para pensar un portal de revistas científicas de todo nuestro país. Son personas muy generosas, de las cuales aprendí bastante en esa sinergia de dar y recibir”, concluyó Ramiro Zó.

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