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La FFyL celebró su LXXX Acto de Colación de Grado

El viernes 15 de diciembre tuvo lugar, en la explanada de la Facultad de Filosofía y Letras, el Acto de Colación de Grado 2022-2023. La ceremonia contó con la presencia de autoridades de la UNCUYO y de cada una de las facultades que integran la casa de estudios. Se siguió la celebración a través del canal de Youtube de FFyL.

17 de diciembre de 2023, 09:31.

imagen La FFyL celebró su LXXX Acto de Colación de Grado

Autoridades de la UNCUYO y de cada una de las facultades que integran la casa de estudios en la Mesa Académica

La entrega del diploma a los 123 flamantes egresados de esta unidad académica consagró la finalización de su etapa universitaria y propició un momento de festejo con sus familiares y amigos.

El acto académico inició con un momento musical, a cargo del Coro de Cámara de la Universidad Nacional de Cuyo, bajo la dirección de Diego Martín, la asistencia de dirección de Víctor Armendáriz y la coordinación general de Marcelo Da Cortá.

Luego del ingreso de las banderas de ceremonia y la entonación de los himnos correspondientes, se realizó el cambio de abanderados/as, asumiendo sus atributos respectivos Antonella Natalia Alvarez Vazquez, Julián Matilla y Danila Echegaray Quiroga (Bandera Nacional) y Paula Valentina González, Lucía Inés Gargiulo y Juana López Oroná (Bandera Provincial).

La ceremonia exhibió una nutrida concurrencia de público, tanto del ámbito académico como de familiares y amigos/as de los y las egresados y egresadas, en un marco de celebración por la culminación de su etapa universitaria.

Luego de los discursos, se hizo entrega de las distinciones al mejor promedio de la FFyL (María Fernanda Muñoz) y de las distintas carreras (Joaquín Augusto Leva, Ana Federica Distefano, Mauro Javier Llaver, Julián Ignacio Marchiori, Sofía Abril Vargas, Andrés Alejandro González De La Concepción, Bernardita Lucia Tejada, Lucila Belén Baldassarre López, Adriana Elizabeth Martín Alloni). Se entregaron también  los premios de Posgrado (Hernando María Linari, Marcelo Javier Briccola, María Verónica Torelli, Juan Bautista García Bazán, Clarisa Ayelén Suden y Diego Jesús Bosquet) y los de CELE (Andrés Alejandro González De La Concepción y María Emilia Kark Verstraete).

Se procedió, finalmente, al juramento y entrega de diplomas a profesores/as, licenciados/as y técnicos/as de las diferentes carreras.

 

Mariano Cantero: Coronar una etapa

El Director del Instituto Balseiro, Dr. Mariano Cantero, envió una carta en la que expresó sus felicitaciones a los egresados por el logro alcanzado y les deseó “el mayor de los éxitos en su desempeño laboral como embajadores de nuestra universidad. Es el reconocimiento a una etapa de esfuerzos y dedicación al estudio”.

María Fernanda Muñoz y “la construcción de un futuro más esperanzador”

La egresada habló en nombre de todos/as sus compañeros/as. Hizo referencia en su discurso a uno de los momentos más desconcertantes que tuvieron que enfrentar los y las estudiantes durante su carrera: la pandemia de COViD 19: “hubo situaciones teñidas de dramatismo y tristeza, que nos exigieron sacrificio y esfuerzo. Logramos sobrellevarlo gracias a las herramientas que esta institución nos brindó. Y, fundamentalmente, gracias a nuestros docentes, quienes adaptaron rápidamente sus métodos de enseñanza y nos contuvieron con generosidad. Ellos nos inculcaron valores, como el pensamiento crítico, el respeto, la paciencia, la empatía, la perseverancia, la resiliencia, la honestidad, la solidaridad”, afirmó.

Asimismo, reconoció y agradeció, además, al personal de la FFyL, por acompañar esa etapa de sus vidas, y a sus familias y amigos que siempre celebraron sus logros y alegrías.

“Fue un largo camino, pero lo recorrimos juntos, trabajando en equipo, colaborando para realizar las tareas, compartiendo apuntes, grabaciones de clases, chats, palabras amables en situaciones complicadas, compartiendo mates y cafés tanto presencial como virtualmente”, expresó.

Para finalizar, dijo que dejaban de ser estudiantes “para convertirnos en profesores, licenciados, geógrafos, traductores y técnicos".

 

"Hoy asumimos un compromiso ineludible con la sociedad: ejercer nuestras profesiones con ética, integridad y responsabilidad. Tenemos diversas capacidades, virtudes y pasiones, pero todos seremos partícipes de la construcción de un futuro más esperanzador, donde nuestra labor impactará en nuestras vidas y en la de aquellos a quienes serviremos. Demostremos con orgullo el legado de esta casa de estudios cuyo prestigio y excelencia residen en cada uno de nosotros”.

Ceverino, Zonana y el poderoso símbolo de la vid

“Sabemos que están esperando una secuencia de danza urbana. Pero el ajetreo cotidiano de marzo a diciembre no nos ha permitido llegar a tiempo con los ajustes de la coreografía”, comenzó diciendo el decano de la FFyL, Gustavo Zonana al público presente.

Ceverino, la vicedecana, afirmó que, habitualmente, “se apela en los discursos de colación a la analogía del camino en relación con el concepto de egreso y de curso o grado universitario. La trayectoria académica es vista como esa travesía realizada por sus ayudantes, oponentes, dificultades y metas. Pedimos permiso para corrernos, en esta oportunidad de ese lugar común y recuperar otra comparación que hemos entonado en el Himno de nuestra Universidad: ‘Surco es el aula, gleba santa el saber, agua fecunda, la herencia gloriosa de ayer’”.

“Toda analogía es parcial” -añadió Zonana- “Pone de relieva ciertos aspectos de la realidad comprendida por ella y, sin embargo, deja en un segundo plano u oculta otros. Este corrimiento que proponemos hoy, asume ese riesgo. No obedece solo a la obsesión por la creatividad o el deseo de provocar sorpresa. Resignificar esta analogía tiene un sentido actual por varios factores. Por su asociación con la vid como árbol de la vida, para recuperar en estas ideas el sentido pleno de este símbolo en un contexto nacional y mundial atravesado por pulsiones de índole contraria. Además, consideramos que el plantar y el cuidar la vid ilumina el significado de transitar por distintos espacios formativos y exhibe la multiplicidad de los factores y actores intervinientes en el proceso. Permite poner de relieve los valores que hemos intentado darles en la formación. Por último, sugiere una agenda de propósitos profesionales que, esperamos puedan compartir a futuro”.

“No hemos carecido de ayuda en este intento” -completó Ceverino- “Agregamos una voz más en este tejido, pues hemos contado con el asesoramiento experto y desinteresado de la decana de la Facultad de Ciencias Agrarias, María Flavia Filippini. Sumamos no polifenoles, sino polifonía a nuestro discurso”.

Zonana continuó diciendo que “la referencia al surco, nos remite al paisaje de la vid: hay que preparar el suelo y disponer los plantines. Ustedes se trasplantaron, por elección propia, desde el terruño de la escuela secundaria al de la Facultad de Filosofía y Letras, eligieron sus parcelas: profesorados, licenciaturas, tecnicaturas, traductorado, ciclo de complementación curricular. Fueron descubriendo las características de este nuevo espacio y, posiblemente confirmando su vocación o descubriendo perspectivas no sospechadas de ella. Esta adaptación les implicó reconocer suelos densos en bibliografías y en lenguajes técnicos, conocer tradiciones investigativas, docentes y de extensión, padecer temporadas en las que arrecian los prácticos, parciales, ajustarse a los ciclos de inscripciones, horarios de consulta y preparación de exámenes”.

“Según el magisterio de María Flavia, para que una cepa alcance su plenitud productiva, son necesarios, al menos, 3 o 4 años. En ese proceso, la tarea principal es ir ayudando a que la planta adquiera su mejor forma. Los docentes, el personal no docente, consejeros estudiantiles y los delegados de curso, los tutores han colaborado de manera conjunta en esa tarea. La idea ha sido acompañar ese desarrollo, de una forma ajustada a perfiles profesionales, respetando, resaltando, cuidando las  propiedades y notas destacadas de cada varietal. No hemos estado solos en la tarea: posiblemente las amistades y las familias, como álamos vigilantes, han custodiado los embates del viento seco del desánimo y la incertidumbre”, completó Ceverino.

“Hemos interactuado para alcanzar esta meta en el momento inclemente de la pospandemia, palpamos cotidianamente sus consecuencias, la exacerbación del individualismo, la naturalización de la violencia que, a veces, se esconde en prácticas institucionales generalizadas y otras, se exhibe abiertamente… ¡Por favor: Ni Una Menos! Como destaca el filósofo Boris Groys , en una sociedad que ha exacerbado la idea de diferencia como valor, los lazos interpersonales se sostienen en la idea de solidaridad y su apelación se activa solo ante la amenaza de la pérdida de derechos o frente a la de una muerte generalizada por la guerra, el calentamiento global o la sustitución del hombre por la máquina. Vivimos atravesados por el impacto de las nuevas tecnologías, por sus formas de mediar la interacción social y los aprendizajes sin poder tomar la distancia necesaria para ponderar, serenamente, sus aportes y sus riesgos. Hemos experimentado esta fragmentación, en estos últimos meses, a través de las redes sociales y de las reacciones insólitas para los miembros de la generación a la que pertenecemos: una generación que se ha desarrollado bajo el paradigma de la educación superior estatal como derecho y como medio que posibilita el desarrollo humano del conocimiento y el ascenso social”, subrayó el decano.

Ceverino añadió que “sus presencias aquí, como flamantes egresados, manifiesta que han alcanzado una configuración que los habilita a enfrentar el mundo del trabajo. Se trata de un nuevo trasplante a otro terruño, con sus propiedades específicas y diferenciales. Esperamos que, en esos nuevos territorios, en esos espacios de inserción y desarrollo profesional, se perciban como notas claras den su formación, los valores inculcados a lo largo de sus trayectorias. La identidad institucional, la voluntad de cooperación, la empatía, la mirada intercultural que los habilita al descentramiento, la visión crítica del mundo no para destruirlo, sino para transformarlo creativamente, la conciencia social, la defensa del diálogo y de los principios democráticos, el respeto del otro y el cuidado de la vida”.

“No es una despedida. Nuevas inquietudes, nuevos intereses, como brotes flamantes, surgen en el ejercicio de la profesión. La Facultad conservará, para ustedes, sus parcelas abiertas para que sigan dando frutos con investigaciones, actividades de extensión, de posgrado, y para que puedan exhibir lo que han cosechado en esa trayectoria que se va desarrollando y enriquece, con sus innovaciones, este terruño que es nuestro y es de ustedes”.

 

Al unísono y para finalizar su discurso, ambos expresaron que “las viñas de otro tiempo vemos, con orgullo y con cierta nostalgia, cómo crecieron nuestros vástagos; cómo, prontamente, darán frutos potentes en otros terruños, con otros desafíos, pero con la certeza de que siempre serán parte de nuestras hileras más queridas, porque ser de la UNCUYO es para siempre”.

 

Esther Sánchez: un cambio de paradigma

La rectora de la UNCUYO manifestó que ese era “un momento muy relevante para la institución, porque, para la UNCUYO, ustedes son fruto del trabajo comprometido y responsable de una institución que es referente de la educación pública de calidad, inclusiva, que enarbola la bandera de la educación como bien universal y público”.

Y añadió que “este logro no hubiese sido posible sin el compromiso de aquellos que han participado para lograr estos frutos. Es fundamental ese acompañamiento”.

 

“La FFyL está a la altura de estos acontecimientos, cumpliendo con su misión de formar profesionales de excelencia que brinden sus servicios a la sociedad. Quiero agradecer a los egresados por este logro. Son los protagonistas hoy”.

 

“En los tiempos de transformaciones, de escenarios con tormentas, incertidumbres en los que es necesario navegar, debemos tener un norte, que es la vocación de prestar servicio teniendo en cuenta el bien común, con la bandera de la ética”.

“Quiero referirme a la ética y a la importancia del cambio de paradigma, en la línea de la ética del cuidado que plantea Bernardo Toro. El filósofo dice que para poder vivir en paz, para poder crecer en sociedad, debemos cambiar el paradigma de ser el mejor, de ser el competitivo, y transformarnos en el ámbito de la ética que tiene en cuenta el cuidado de uno mismo, del otro, del cercano, del lejano, del bien público. Quizá este sea uno de los desafíos más grandes de este tiempo. Y lo quiero poner en valor hoy, porque últimamente hemos vivido hechos violentos que ponen una alarma respecto de lo que sucede en nuestra sociedad. Día a día vemos vidas que se pierden por violencia de género, vidas que en el seno de nuestra institución hemos perdido, y que han transformado nuestro entorno y el de las víctimas, teniendo que transitar el horror y el dolor sin consuelo. Nos corresponde la corresponde la responsabilidad de capacitar, de concientizar a los miembros de nuestra comunidad para prevenir y erradicar la violencia de género en la universidad. Es por esto que proponemos, para el próximo año, la capacitación en Ley Micaela no solo para los funcionarios, sino también para el claustro de estudiantes, porque entendemos que es relevante”, expresó la rectora.

“A ustedes, como profesionales –continuó- se les plantea una constante adaptación al cambio, especial con las nuevas tecnologías, la automatización, el trabajo a distancia, la necesidad de poner el fovo en la sostenibilidad, de comprender al nuevo ser humano"

 

"Quizás esta sea la oportunidad que necesita la humanidad para hacer profundos replanteos políticos, económicos, filosóficos y especialmente espirituales. Hay que trabajar en la circunstancia, porque, al decir de Ortega y Gasset, ‘Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella, no me salvo yo’".

 

"Es hora de trabajar en nuestra circunstancia. Y ustedes están preparados para eso y para generar nuevos escenarios no pensado, para trabajar en la economía del conocimiento que es el motor que mueve a la economía. Y quien mueve al conocimiento es la educación. Esta es la inversión de tiempo y dinero para obtener conocimiento. Es un gran desafío para las instituciones de gestión pública. Tenemos esperanzas profundas en nuestros jóvenes, de que sean transformadores de nuestra actual realidad. Sabemos de su sentido de pertenencia, así que los invitamos a que nos acompañen en nuestros proyectos, a que cuenten con la facultad para perfeccionarse y mantenerse actualizados. La educación es educación a lo largo de la vida. Los esperamos.”, cerró Esther Sánchez.

 

 

 

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