El ADN contiene las instrucciones genéticas responsables del desarrollo y el funcionamiento del organismo y es –al mismo tiempo– el medio de transmisión de esa información de una generación a la siguiente. Para el profesor Emmanuel Furlotti, de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCUYO, la educación pública, gratuita y obligatoria forma parte del ADN argentino, es un principio constitutivo de la Nación y un valor a defender y transmitir a las nuevas generaciones.
Furlotti, que es profesor en Ciencias de la Educación en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCUYO, aceptó la invitación de Unidiversidad para ayudar a comprender cuál fue el gen primigenio de ese derecho y esa obligación del Estado. Un repaso imprescindible, en medio de los cuestionamientos a su obligatoriedad y a la necesaria inversión para sostener el sistema.
Furlotti vio una oportunidad frente a esos cuestionamientos, como el que hizo el 7 de abril el diputado nacional por La Libertad Avanza (LLA) Alberto Benegas Lynch, que dijo en una entrevista con la periodista Romina Manguel: “No creo en la obligatoriedad de la educación”. El profesor propuso que cada persona repase su trayectoria educativa, es decir, dónde fue a la escuela primaria, secundaria, cómo eran, si hubiera podido estudiar una carrera universitaria en una institución privada, porque está convencido de que en cada respuesta están las razones para defender ese principio fundamental. Él mismo se hizo la pregunta y la respuesta fue contundente: fue el primer integrante de su familia en ingresar y terminar la universidad.
El profesor, que integra el equipo de la cátedra Historia de la Educación Argentina, recorrió el camino de la inclusión de ese derecho en el ADN argentino, desde la primera Constitución de 1853 y sus sucesivas reformas hasta las leyes naciones y provinciales que sustentaron y sustentan el sistema. Aclaró que su visión no es utópica, sino que su práctica docente le muestra que –aun con muchas falencias– ese principio rector sigue brindando oportunidades, sigue cambiando vidas.