De carácter afable, inquieta, cordial, Rita Neri García, pasa sus mañanas en la Dirección General Administrativa. Oriunda de San Rafael, desde hace más de tres décadas se desempeña en la facultad de Filosofía y Letras.
Como cada año, en agosto pasado, la Universidad Nacional de Cuyo entregó medallas al personal que cumplió 30 años de servicio y varios de los docentes y personal de apoyo académico de FFyL, fueron reconocidos. Entre ellos, García.
Rita ha transitado un importante camino, y sus compañeras de oficina la señalan como una buena persona, amable, servicial, “que si se tiene quedar después de horario lo hace, sin problemas. Siempre está dispuesta a colaborar con todo”. Esa predisposición y compromiso no sólo la contempla un reconocimiento en forma de medalla, sino también la mirada atenta de sus compañeras. Siempre hay un momento para una pausa reflexiva que motiva el encuentro y es ahí donde esperan el ansiado café que Rita prepara alrededor de las 11 de la mañana. “Su café es sublime. No nos sale como a ella” dicen entre risas.
¿Cómo fue su recorrido a lo largo de estos 30 años?
Fui convocada a cumplir funciones en Secretaría Académica por una necesidad de personal que había en la Institución en ese momento. Y así fue que tuve un aprendizaje administrativo muy importante que me fue atrayendo para hacer mi carrera.
Comencé trabajando medio día y con el tiempo incorporé otra media jornada con tareas en el Departamento de Clases y Exámenes; me mantuve en esa situación durante 3 años. Luego se produjo una reestructuración del personal y pasé a Dirección de Despacho, lugar en el que me encuentro hasta la fecha.
¿Qué le significa desempeñarse en la FFyL?
La Facultad de Filosofía y Letras pasa a ser en mi vida no solo un lugar de trabajo sino además, el lugar que me brindó oportunidades para crecer, para aprender, para construir vínculos de amistad y respeto con mis compañeros y profesores.
¿Alguna anécdota o recuerdo que nos quiera compartir?
Al transitar tanto tiempo en la Institución creo que cada día tiene una anécdota distinta. Por ejemplo: correr para llegar a horario y quedar tendida en el piso por un golpe; compartir hermosos desayunos de trabajo donde en una oportunidad que hacía mucho frío decidimos calentar tortitas en una estufita eléctrica antigua y terminaron todas quemadas por lo que la facultad quedo inundada de olor.
Si bien estas anécdotas son graciosas a lo largo de mis 30 años en la Institución he compartido momentos hermosos con mis compañeros de oficina, con el armado del arbolito de navidad cada año, con las reuniones de fin de año, del día del Personal de Apoyo Académico y de la emoción de entonar nuestro himno en cada fecha patria. Por toda esta pequeña síntesis, agradezco y celebro ser un miembro de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCUYO.