El ciclo político iniciado con el gobierno de Javier Milei volvió a poner en disputa a nuestra Universidad. Pero si hay algo que para mí es absolutamente inédito, es el menosprecio, el insulto y hasta el sabor de repugnancia que sus palabras destilan para todo lo público. Y esto es lo peligroso porque el lenguaje tiene un carácter performativo, o sea, no describe algo, lo hace en el acto de decir.