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Comenzó la edición 2025 de la Semana de Investigación

Se inauguró una nueva edición de la Semana de la Investigación en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCUYO. La actividad concitó el interés de toda la comunidad científica universitaria.

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Se inició  la Semana de la Investigación 2025, la cual se extenderá hasta el miércoles 09 de abril en la FFyL La jornada inaugural contó con una nutrida asistencia de público.

La Mesa Académica estuvo conformada por la Dra. María Teresa Damiani secretaria de Investigación, Internacionales y Posgrado de la Universidad Nacional de Cuyo; el Dr. Diego Niemetz, secretario de Investigación de la Facultad y el decano de la unidad académica, Dr. Gustavo Zonana, quien presidió el Acto de Apertura.

 

Para comenzar, tomó la palabra el Dr. Diego Niemetz, quien dirigió a la audiencia del Aula C-8 el siguiente discurso:

“Vivimos una época de incertidumbre y desafíos en el campo de la ciencia y la investigación en Argentina. Nuestro país atraviesa una situación económica difícil que se ve reflejada en los recortes presupuestarios a la ciencia, y en las dificultades de los investigadores para acceder a recursos y apoyos que le permitan continuar con su trabajo. Esto, además, en el contexto de una creciente campaña de desprestigio hacia las universidades públicas y la ciencia, alimentada por discursos que cuestionan el valor de lo que hacemos y cuyo trasfondo no es otro que el de una ideología economicista que impone como premisa la necesidad de obtener una ganancia material, un resultado visible y, sobre todo, según ellos, ‘desideologizado’, que es, exactamente, lo que nuestros campos de trabajo no pueden ofrecer”.

“Y, si bien este panorama no es ajeno a otras muchas otras partes del mundo, no cabe duda de que, en nuestro contexto, las ciencias sociales y las humanidades se encuentran particularmente vulnerables. En este escenario complejo en que hoy nos encontramos, donde muchas veces el desafío no solo es continuar con el trabajo de investigación, sino también preservar la legitimidad de nuestra labor frente a la sociedad y sobre todo formar a nuestros investigadores, transmitirles el convencimiento de que este camino, con sus dificultades, es lícito, es importante, es un aporte a nuestras comunidades y que, como suele decirse, ‘no hay mal que dure cien años’”.

“Efectivamente, no debemos dejarnos atrapar solo por la angustia, por la mirada corta y derrotista. La investigación, la ciencia y, especialmente, las ciencias sociales y humanas, siguen siendo fundamentales. Somos los que reflexionamos sobre las actividades sociales, culturales y políticas que nos atraviesan. Somos los que, desde nuestro trabajo, ayudamos a pensar el presente y a imaginar futuros posibles. La calidad de la educación y de la investigación que llevamos adelante sigue siendo un pilar fundamental para el desarrollo y la transformación de nuestra sociedad. Frente a los desafíos que enfrentamos y, tal como sucedió en el pasado, el trabajo en conjunto, la colaboración entre docentes, investigadores y estudiantes y el compromiso con la excelencia y con la innovación aportan una serie de respuestas para sobrellevar las adversidades de nuestro presente y nuestro futuro inmediato”.

“Uno de los aspectos más estimulantes en este momento de transición, es precisamente la llegada de nuevas herramientas tecnológicas, como la Inteligencia Artificial (IA). Si bien entiendo las preocupaciones que genera su irrupción, tanto en términos de la posible automatización de procesos, como del riesgo de dilución de la originalidad de la investigación, es fundamental que abordemos esta nueva realidad con una mirada equilibrada. Las herramientas de la IA, lejos de ser un obstáculo para la investigación, pueden ser poderosas aliadas en nuestra labor. Nos ofrecen la posibilidad de procesar grandes volúmenes de información, de explorar nuevos enfoques y de realizar análisis de formas que antes eran impensables. Por supuesto, como toda herramienta de IA, también presenta desafíos. Es necesario que seamos conscientes de los riesgos, especialmente en lo que respecta a la ética de su uso, la preservación de la autonomía de la investigación y el respeto por los valores fundamentales de la ciencia”.

“Hay que evitar caer en el error de ver en la tecnología una amenaza de nuestra labor, sino más bien un desafío que nos invita a repensar nuestras metodologías y nuestras prácticas para integrarlas de manera reflexiva y crítica en nuestros procesos investigativos. En ese contexto, la Semana de la Investigación nos ofrece la oportunidad invaluable para pensar y debatir sobre estos temas”.

“Durante los próximos días, tendremos oportunidad de escuchar ponencias, presentaciones y discusiones que nos permitirán explorar estos avances tecnológicos, sus beneficios y sus implicaciones en un espacio de colaboración y reflexión”.

“Estoy convencido de que, a través del trabajo conjunto, podremos construir un camino en el que las ciencias sociales y las humanidades sigan siendo protagonistas de  la transformación del conocimiento”.

“Queridos colegas y estudiantes: este es un momento de desafíos, pero también de oportunidades. A los más jóvenes, quiero transmitirles un mensaje claro: no tengan miedo a los desafíos que se presentan. La investigación, la ciencia, requieren esfuerzo pero también creatividad, pasión y resiliencia. Tienen, a su disposición, una comunidad dispuesta a acompañarlos y a brindarles las herramientas necesarias para su crecimiento. La FFyL, en su conjunto, seguirá siendo un lugar de refugio y estímulo para aquellos que deseen contribuir, con su pensamiento y su trabajo, a la construcción de un futuro mejor”.

“Los invito a participar activamente de esta Semana de la Investigación, a que aprovechemos este espacio para fortalecer nuestros vínculos, aprender unos de otros, debatir con respeto y, sobre todo, a seguir avanzando en el camino de la ciencia y el conocimiento”.

 

PD de Niemetz: la advertencia del “núcleo demasiado literal”

Luego de discurrir sobre los aportes y desafíos de la IA en la actualidad, Diego Niemetz expresó:

“Quiero confesar que gran parte del discurso precedente fue escrito con la asistencia de la IA. De hecho introduje el mismo prompt en tres plataformas diferentes: Copilot, Deepseek y Chat GPT”.

“Los resultados fueron muy similares en los tres casos. Los tres discursos son prolijos y correctos hasta el hartazgo, diría yo. Los tres subrayan aspectos coyunturales, como por ejemplo las tensiones propias del contexto actual. Pero ninguno profundiza en ellos. Generan frases del tipo: ‘la actualidad presenta desafíos pero también oportunidades’. No hay crítica y siempre hay algo así como una voluntad de equilibrio: ‘Estamos mal, pero también hay que ver lo positivo’”.

“Todo lo que había en el discurso precedente de advertencia o de problematización de la realidad, de crítica a las políticas de asfixia instaladas por el gobierno nacional, lo introduje yo”, aclaró.

“La IA me dio un mensaje optimista. Cito un pasaje de Deepseek que me parece ilustrativo: la plataforma sugería que yo dijera, además de hacerme decir la palabra resiliencia, lo siguiente: ‘Consciente de las dificultades que nos impone el contexto actual, los invito a mirar hacia el futuro con optimismo y determinación. La adversidad nos desafía a reinventarnos, a proteger el valor del saber y a reafirmar que, en el diálogo y la cooperación, reside la fortaleza de nuestra comunidad académica. Continuemos, pues, trabajando hombro a hombro para que la ciencia, con todo su rigor, su pasión y su vocación pública siga siendo la gran aliada en la construcción de nuevos horizontes’”.

“Independientemente de que la metáfora de trabajar ‘hombro a hombro’ probablemente no sea las más adecuada para nuestras disciplinas, me pregunto, y les pregunto si es correcto este mensaje. La respuesta es que, probablemente, sí sea correcto. Estoy casi seguro de que ninguno de nosotros diría que no lo es. Sin embargo, algo falta, Hay algo allí que resulta plano, carente de la rugosidad que nuestra cotidianeidad nos demuestra día a día. Hay un núcleo demasiado literal, demasiado poco escurridizo. La ciencia no se hace solo con optimismo, con voluntad. Se hace con recursos económicos. Con recursos humanos, se hace con mucho sacrificio personal, grupal y social”, señaló el Secretario de Investigación.

“Formar investigadores, formarse como investigador, es una tarea enorme. Obtener resultados es un proceso sinuoso que, demasiado a menudo, no da resultados visibles o no los da inmediatamente. Y eso puede ser desconcertante y hasta desalentador para uno mismo. Incluso, puede ser objeto de críticas y de ataques despiadados por parte de otros. No hay manera de pensar en la investigación solo con optimismo”.

“¿Por qué, entonces, es importante investigar?” –continuó el académico- “De qué manera deberíamos enfrentar las adversidades? ¿Cómo hacer, en un mundo exitista, para justificar el trabajo que demanda la producción y publicación solo de un artículo académico? Y ahora, en otro orden de cosas, ¿Qué actitud deberíamos tomar frente al surgimiento de una nueva herramienta, de un nuevo paradigma como el que plantea la IA?”.

“La historia humana nos enseña que tenemos que avanzar, retroceder, encontrar respuestas que, sabemos, y nos angustia, siempre serán parciales. A este respecto, el de las respuestas y el de la angustia, una última consideración: todos los discursos que obtuve, a partir del prompt, insistieron en lo importante que es aceptar las IA como parte de nuestra vida académica hacia el futuro. Y tienen razón. Debemos hacernos a esa idea”.

“‘El futuro llegó hace rato’, dice Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Todo resulta muy razonable. Salvo por el hecho de que, justamente, las que lo dicen son las propias IA. Ellas insisten muchísimo, casi obsesivamente, si es que pudieran ser obsesivas, en las ventajas que traen y en el mundo de posibilidades que se nos abre. Como investigador, siento ahí una inquietud que me genera desconfianza: tenemos que aceptar esa realidad. No hay duda. Y tenemos que aprovechar las posibilidades que nos brindan estas maravillas modernas. Pero debemos ser nosotros quienes podamos definir en qué condiciones y con qué criterios. De otro modo, corremos un riesgo enorme, que va más allá de lo ético que es que lo que podamos decir y pensar, todo lo que queramos producir, sin ayuda de las IA, acabe por parecerse a los productos de las IA. Cuando eso suceda, citando nuevamente la canción del Patricio Rey, será ‘todo un palo’”, afirmó Niemetz.

“En El Aleph, Borges había advertido sobre este tipo de aplanamiento que produce la falta de perspectiva frente a lo inabarcable. Introducía la idea de la ‘distancia reparadora’. Una vez observado el fenómeno, el aleph mismo, los personajes necesitan, por decirlo de alguna manera, desintoxicarse, alejarse de la visión apabulladora del universo superpuesto para poder volver a crear, para recuperar el pensamiento metafórico, finito, humano. En definitiva, científico, podríamos decir también. Creo que esa es una buena pista de todo lo que tenemos que discutir en estos tres días que tenemos por delante. Y en el futuro, al menos en el futuro inmediato”, cerró el investigador.

 

María Teresa Damiani y el “peligro” del conocimiento

A su turno, la secretaria de Investigación, Internacionales y Posgrado de la Universidad Nacional de Cuyo expresó su alegría por la inmensa cantidad de estudiantes presentes en la reunión académica.

A posteriori, destacó que “aquellos que nos dedicamos a la ciencia como modo de vida, estamos atravesando una situación muy compleja, un escenario de mucha incertidumbre, de denostación de nuestro trabajo, sin importar de qué disciplina se trate. El conocimiento es importante en todas las disciplinas. Se hace con la multiplicidad de miradas, de estudios en todas las áreas del saber, disciplinares, porque en realidad el ser humano es así, múltiple, multidimensional. Y la ciencia, en definitiva, lo que busca es mejorar la vida del ser humano”.

“Gracias a la ciencia todos vivimos más y mejor. Tenemos sociedades mejor organizadas. Siempre hay excepciones que confirman la regla y no siempre la ciencia es usada para el bien. Pero hay algo que está indisolublemente unido al conocimiento: la libertad, la capacidad de elegir. Cuando uno sabe, puede elegir, tomar decisiones con certeza”.

“El conocimiento también es peligroso, porque da herramientas muy poderosas. Y surge de la ciencia, de la investigación, del trabajo de los científicos que se dedican a arrojar luz sobre temas que nos están dilucidados completamente, sea el área que sea, la disciplina que sea. Tenemos que tener cuidado de no dejar pasar ligeramente los ataques a la ciencia, porque, en definitiva, nos están privando de la capacidad de la crítica, del análisis, de la vocación por llegar a la verdad”, indicó Damiani.

“El conocimiento es un arma muy poderosa para la sociedad y la debemos defender. Su lugar es la universidad. En ella se genera el conocimiento, y lo imparte. Es un conocimiento genuino, no condicionado por el mercado o la voluntad de un tercero, lo cual es muy importante”.

 

La Semana de la Ciencia y los socios en el mundo

Damiani aclaró que “esta Semana coincide con la de la Ciencia, organizada por el Consejo Interuniversitario Nacional. Estamos acompañando esta iniciativa, y tratando de demostrar la diversidad de la ciencia. Ha sido muy generosa la FFyL liderando el desarrollo científico de las áreas sociales y humanidades”.

“La ciencia se desarrolla en otras dimensiones: vamos a tener una jornada con la visita del Embajador de Alemania para mostrar la ciencia internacional que se produce en nuestra universidad en vinculación con ese país. La ciencia es global, no conoce de fronteras. También es importante que mostremos, en esta semana, que nuestra universidad está inserta en el mundo del conocimiento,  que tiene socios en el resto del mundo, que nos respetan y con los cuales hacemos una muy buena investigación y formación académica. Esto ocurrirá el 10 de abril”, dijo Damiani.

“También es importante concientizar a las empresas privadas en que la ciencia no es solo una responsabilidad pública, sino que el conocimiento y la promoción del desarrollo científico es una tarea también de aquellos que después se benefician con ese avance tecnológico. El 9 de abril tendremos una jornada en la que mostraremos casos exitosos de vinculación público-privada, como el caso de la empresa Avinea, que ha cofinanciado proyectos de investigación de la UNCUYO, porque los resultados de sus investigaciones hacen crecer a todo el en el sector vitivinícola, donde existe una conjunción poco habitual de la academia, el gobierno con sus políticas de promoción y los privados con inversión. Ojalá haya más ejemplos de sectores empresarios dispuestos a apoyar la investigación para generar mayor desarrollo”, expresó la funcionaria.

 

Damiani y las próximas actividades de difusión científica

La secretaria también invitó a la audiencia a consultar la página de la Secretaría de Investigación, Internacionales y Posgrado: “Vamos a lanzar un hackatón para estimular la participación de los más jóvenes en la resolución de desafíos, con premios. Esto será anunciado este viernes 11 de abril, juntamente con una serie de líneas de financiamiento, en el marco de la gran restricción presupuestaria, para nuestros investigadores. La ciencia, como dijo Diego, no se hace solo con voluntad, sino con un escenario donde ocurrir y apoyo financiero. Desde nuestro lugar intentaremos ayudar a que la ciencia en la universidad continúe siendo de gran calidad en todas las áreas del saber”, informó Damiani.

“Los invito a acompañarnos, a ser voceros de la importancia de la ciencia. Se van a difundir videos, producidos por Medialab en los que se mostrarán, de manera simple, algunas investigaciones que se han realizado en la UNCUYO. La idea es continuar con esas piezas audiovisuales que den a conocer en un lenguaje llano, para qué sirve la ciencia, por qué es importante hacerla y cómo cambia, con ella, la vida del ser humano”, cerró.

 

Gustavo Zonana y la investigación en el aula

El decano de la FFyL destacó que la investigación es una tarea fundamental que plantea un desafío logístico a la comunidad de la Facultad: “La justificación de este desafío está relacionada con la articulación entre las funciones de docencia, investigación y extensión. En su logro, se intersecan un número considerable de variables: concepciones acerca de cada una de esas funciones, tradiciones académicas, existencia de recursos, prácticas inherentes a las comunidades disciplinarias, niveles formativos, entre otros factores”.

“Una respuesta tentadora en relación al vínculo docencia-investigación, por ejemplo, consiste en llevar la investigación al aula, independientemente de aquellos espacios curriculares que toman la investigación como objeto, por ejemplo tenemos, en muchas de nuestras licenciaturas, talleres de tesis. Excepto esos espacios específicos, la pregunta que surge es ‘¿Qué de esa investigación se lleva al aula?’ Si los resultados, los métodos y procesos o la actitud investigativa. Esto se relaciona con el nivel. En el grado, llevar los resultados de la investigación puede implicar salir del marco de los saberes necesarios para la formación profesional o parcializar la enseñanza al espacio de experticia del docente. Posiblemente, lo que se recupere en el grado sea más una perspectiva investigativa que lleve a encarar los temas trabajados desde una mirada de profundización y de crítica o, eventualmente, la problematización del hecho pedagógico como objeto de investigación. En el posgrado, resultados, procesos y métodos se ajustan más a sus objetivos formativos intrínsecos. Tanto en un nivel como en el otro, la investigación tiene un valor pedagógico implícito que exige el compromiso de todos los actores universitarios con la ciencia, con la generación de conocimiento, el aprendizaje permanente y la divulgación del saber”.

“¿Cómo se ha resuelto esta interrelación en el horizonte de los planes de estudio fundamentados en los lineamientos de las ordenanzas 7 y75 2016 del Consejo Superior? Desde la perspectiva de un enfoque curricular por competencias y la comprensión de un diseño flexible, el proceso formativo supone instancias diversas, en las que el aula es una de ellas. Desde esta perspectiva, la Semana de la Investigación está planteada como otra instancia complementaria que nos singulariza, ya que hace posible, desde el primer año, el conocimiento de los institutos y centros de investigación de la Facultad que, históricamente, dieron origen a la actividad académica antes de existir los Departamentos, cuya fundación es de fines de la década del ’60”, afirmó el decano.

“Es esta posibilidad y la puerta que abre para el conocimiento de los proyectos que se realizan en nuestra Facultad, la acción que nos proyecta en una comprensión no meramente profesionalizante del hecho formativo”.

 

La Semana y la reafirmación “política, nacional y global”

Asimismo, el funcionario subrayó que la Semana “tiene un sentido de reafirmación política, nacional y global, especialmente en lo que atañe a la investigación en ciencias sociales y humanas. En un escenario de desfinanciamiento traumático, el programa trabajado arduamente, se propone como una forma académica de resistencia, de reafirmación del valor que la facultad le asigna a la tarea investigativa. No se trata de una acción aislada, sino que está acompañada con otras que atañen al financiamiento, como por ejemplo, un programa de becas que se acaba de tratar en el Consejo Directivo, trabajado en conjunto con las Secretarías de Posgrado y de Investigación, para promover la realización de los doctorados de los miembros de los institutos que trabajan en sus líneas de investigación. Con iniciativas de esta naturaleza, aspiramos a afirmar que se necesita más investigación de calidad en humanidades y ciencias sociales”.

“Es propia de nuestras disciplinas la reflexión sobre los fundamentos del conocimiento; la formación del pensamiento crítico; el rescate de la imaginación; de la dimensión emocional, corpórea de nuestro ser en el mundo; la comprensión de lo propio y lo diverso a través del estudio de las lenguas y las culturas, y las posibles relaciones que entre ellas se establecen; la pregunta sobre la significación de lo humano en sus dimensiones individual y social, en su devenir histórico, en su devenir espacial y en su relación con lo no humano; la indagación acerca de los valores, su construcción, su implicación con la toma de decisiones en los distintos espacios sociales, sus relaciones con el poder. A través de las humanidades, se articula y se da relevancia social al conocimiento”, afirmó Zonana.

Para finalizar, el decano indicó que “esta semana está atravesada por un conjunto de preguntas estructurales que se ven como una oportunidad y como una amenaza, sobre todo en relación con la IA en sus múltiples manifestaciones, que es el eje de esta edición”.

 

Para culminar el Acto de Apertura, tuvo lugar la Conferencia Inaugural a cargo del Dr. Tomás Balmaceda sobre “Repensar el conocimiento en la era de los algoritmos”.

 

 

 

 

Edición 2025 de la Semana de Investigación

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