El jueves 15 de agosto de 2019 se realizó un acto central en la Nave Universitaria, donde la UNCUYO festejó sus 80 años de vida. En esta ocasión se entregaron las medallas a las personas de la comunidad universitaria, que han contribuido con su trabajo, a lo largo de 30 años de servicio.
La Prof. María Cristina Azcona es Profesora Universitaria en Lengua y Literatura Francesa, con una permanencia de 30 años en la Facultad y en el Colegio de Lenguas Extranjeras. Y, aunque la docente no pudo ir a retirar la medalla a la Nave Universitaria, es pertinente que el reconocimiento a su labor trascienda y gratifique.
Azcona ingresó al mundo de la UNCuyo como alumna de la FFyL en el año 1982 y egresó en 1989. Una vez recibida, comenzó a desempeñarse en la cátedra de Fonética Francesa III y Laboratorios I y II Práctica de Lengua, Didáctica del Francés LE y Práctica Profesional. Su recorrido académico cuenta también que ha sido investigadora en el área de las culturas criollas francesas y Didáctica del Francés. La docente ha caminado los pasillos de la Facultad innumerable veces.
Como anécdota de estos 30 años de permanencia universitaria, la docente señala que un aspecto notorio al momento de ingresar a la Facultad era su edad, ya que tenía 28 años, y era casada y con hijos, en un mundo de “chicos y chicas por todos lados”.
“Tuvimos muy buenos profesores, exigentes pero muy buenos. Exigían buena presencia para las prácticas docentes. Recuerdo que nada era fácil: asistíamos a las clases, copiábamos nuestros apuntes. La fotocopiadora no existía, leíamos nuestros libros” agrega Azcona.
Como profesora, agrega que es de la generación que pasó por todas las metodologías y tendencias en lo teórico como en lo práctico: “Como docente usé todo, es decir, desde un cassette hasta la videocasetera, los CDs, Mp3, la tablet o el celular. Me sorprende ver con cuanta habilidad los chicos usan estos recursos”, añade reflexiva en referencia a cómo usan las nuevas tecnologías los jóvenes de hoy.
Como alumna, como docente, como parte de esta comunidad académica, la docente mira hacia atrás y reflexiona sobre su camino: “Una gran emoción siento ahora, al recordar cómo este recorrido de vida, me forjó y formó como persona íntegra y satisfecha de una labor hecha con el corazón” finaliza la profesora.