El Vicedecano de la Facultad, Dr. Gustavo Zonana se refiere a la comunidad universitaria en ocasión de la asunción en una nueva gestión:
Es un buen momento para sintetizar el significado de estos cuatro años de gestión. Lo haré desde del lema de la agrupación, Entre todos y en función de acontecimientos que han sido para mí muy significativos: el desarrollo de los idiomas para la Universidad Nacional de Cuyo, el proceso de actualización e innovación curricular y la gestación del área de Diplomaturas. A riesgo de ser injusto, creo que de esa manera sintetizo parte de las responsabilidades que he asumido, de acuerdo con el nuevo estatuto universitario.
Hay dos expresiones en español que, creo, exhiben mi manera de experimentar este recorrido colectivo: “prestar oídos” y “dar la palabra”. Las locuciones y los lugares comunes guardan un fondo de verdad. El uso del lenguaje los desgasta, pero, como sucede con los zapatos buenos, una lustrada a fondo les devuelve su lozanía. Y eso me propongo ahora ya que para nosotros prestar oídos y dar la palabra han sido acciones a la vez de riesgo y de entrega.
Desde mi lugar de enunciación, la referencia al proceso de actualización e innovación curricular ha dejado de ser un lugar común para adquirir el estado patológico de una obsesión. Quienes me conocen, lo saben. Ha sido y es un proceso duro, durante el cual aprendimos (y aprendemos) a prestar oídos a todos los claustros, a todas las posiciones e intereses en pugna y hemos tenido que aprender a dar la palabra y a respetarnos desde el disenso, a encontrar, finalmente, los puntos de convergencia. Creo que esa dinámica se ha convertido en un horizonte desde el que ahora la misma universidad evalúa las formas de construcción curricular.
También hemos tenido que prestar oído en la implementación de las lenguas como espacio curricular transversal a las demandas de cada Facultad y de cada carrera porque entendemos que no existe un solo formato y una sola estructura de enseñanza aprendizaje para todas las disciplinas y los espacios de actuación profesional. Dimos la palabra a las comisiones curriculares, decanos, secretarios académicos, estudiantes. Tratamos de construir programas de intervención pedagógica adaptados a cada situación, desde un enfoque plurilingüístico, de convivencia entre las lenguas y desde el convencimiento de que la ciencia puede decirse en más de un idioma sin perder rigor.
Por último, entendimos que la formación continúa después del egreso y que era necesario atender al enriquecimiento de los perfiles profesionales en función de demandas y problemáticas sociales emergentes. Para ello prestamos oído a diferentes propuestas para el desarrollo de diplomaturas en sede central y en territorio.
Ha sido un ejercicio colectivo y aprovecho para expresar el agradecimiento a todas las personas que nos han acompañado en esta tarea de construcción. Y en este agradecimiento no quiero olvidarme de los consejeros directivos con quienes, desde nuevas formas de articular las solidaridades en función del sistema D’Hont, también crecimos en el arte de prestar oído y dar la palabra.
Prestar oído no solo para escuchar atentamente lo que el otro tiene que decir sino además para esforzarnos en ponernos en su lugar de observación y de vivencia de la realidad institucional. Dar la palabra no solo como un gesto inherente a la ciudadanía universitaria sino además como una manera de hacer del ejercicio de la gestión un todo polifónico. El desafío para la próxima gestión es continuar en este camino.