Saltar a contenido principal Saltar a navegación principal

Ya podés acceder a la 8va. Parte de la lectura de “Balún Canán” con la “Ronda Lectora Literatura en Voz Alta”

imagen Ya podés acceder a la 8va. Parte de la lectura de "Balún Canán" con la "Ronda Lectora Literatura en Voz Alta"

¡Bienvenidos a la 8va. Parte de la lectura de “Balún Canán”, de Rosario Castellanos, en el marco de la “Ronda Lectora Literatura en Voz Alta”!

Seguimos el camino sinuoso de la voz y figura de Ariana Gómez, quien nos propone adentrarnos en los mitos e historia de “Balún Canán”, una novela que relata ciertas experiencias que podrían acercarse a las de la autora del texto, Rosario Castellanos, durante el período histórico de la reforma agraria mexicana que se desarrolló bajo el gobierno de Lázaro Cárdenas (1935-1940).

La narradora de “Balún Canán” es una niña de siete años, sin nombre conocido para el lector. Por su sexo y edad, la autobiografía tradicional la desautoriza como agente y observadora legítima de la historia, sentimiento de exclusión e inferioridad que no se le escapa a ella misma y que viene reforzado por la conciencia de su corta estatura: “Soy una niña y tengo siete años. …. cuando me yergo puedo mirar de frente las rodillas de mi padre. Más arriba no... Miro lo que está a mi nivel. Ciertos arbustos con las hojas carcomidas por los insectos; los pupitres manchados de tinta; mi hermano”, dice la niña narradora.

Desde este punto de vista, los adultos están arriba y los niños, abajo. Como estos últimos, los indios tampoco alcanzan grandes alturas, pero por otras razones: las mujeres indias tejen "pichulej" en el suelo y los indios de la hacienda familiar esperan acuclillados en el corredor las órdenes de la señora de la casa.

Aquélla narradora que nos había parecido insignificante, la niña, se revela, sin embargo, como observadora privilegiada. El campo que abarca su mirada, reducido, pensamos en un principio, por su estatura, edad y sexo, es en realidad un lugar de complicadas intersecciones que matizan sus percepciones sobre el mundo de maneras que al lector le resultan iluminadoras. Sus agudas intuiciones sobre conflictos que apenas puede articular en palabras, se producen gracias a su emplazamiento en el mundo de los indios (por su cercanía emocional a la nana), en el de los "blancos" (por nacimiento) y, dentro de éste último, en el de las mujeres.

La identidad de la narradora de “Balún Canán” se desarrolla a partir de las vivencias que provoca la interacción de estas variables; clase social, edad, sexo y raza, a las que habría que añadir la religión. Si bien su propia familia le prohíbe el acceso al poder material (el patrimonio) y al saber (la historia escrita de la familia) que le están reservados a su hermano Mario, la nana compensa esta exclusión eligiéndola como legítima heredera de un saber milenario que se transmite oralmente. Mientras que la familia construye la identidad colectiva a partir de la conservación de las propiedades, los matrimonios entre miembros del mismo grupo social y, en general, el control del poder, la nana alimenta y fortalece la identidad de la niña desde un código distinto. Le transmite, por ejemplo, valores espirituales y éticos: la generosidad, la trascendencia del ser y la lealtad a los seres queridos, por encima de las clases sociales, el género sexual y la raza.

No te pierdas esta 8va. Entrega de la lectura de “Balún Canán” con Ariana Gómez y su Ronda Lectora.

¡Sumate y animate a viajar por el entramado de un texto que, con sesgo autobiográfico, arroja una luz inigualable sobre las relaciones de poder entre el mundo de los oprimidos y el de los opresores.

¡Dejanos tu opinión y comentá los envíos en las redes sociales!

La Ronda Lectora es #siempreliteratura

 

 

Fuentes:

“Mito, autobiografía e historia: notas para una relectura de Balún Canán”, por Aránzazu Borrachero Mendíbil

(University of San Francisco)

Ariana Gómez te cuenta....

Contenido relacionado