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Parra: “los alumnos no se imaginan lo importante que son para los docentes”

La Dra. Graciela Parra de Juri fue galardonada por su trabajo en la UNCUYO. Más de tres décadas al servicio de la Geografía, la educación y la sociedad.

18 de septiembre de 2018 Por: FFyL
imagen Parra: "los alumnos no se imaginan lo importante que son para los docentes"

El pasado 14 de agosto, la Universidad Nacional de Cuyo conmemoró su aniversario y entregó medallas al personal docente y de apoyo académico de las distintas unidades académicas, reconociendo el cumplimiento de 30 años de servicio.

La Dra. Graciela Parra de Juri fue una de las galardonadas. La docente especializada en Geografía rural es también investigadora de la casa de estudios. Vivió con mucha emoción el momento de la entrega de medalla, ya que pensó en sus tres hijos y en su marido, pilares de una vida de esfuerzo y unión.

 

¿Cómo fue su recorrido a lo largo de estos 30 años?

Desde abajo. Empecé como JTP por concurso, luego fui profesora adjunta y cuando se jubiló la titular pude acceder a ese cargo.

Al mismo tiempo, me fui insertando en la investigación; primero como integrante de equipos, luego como directora de proyectos. Posteriormente fui haciendo mi tesis doctoral que finalmente terminé con mucho sacrificio. Por cuestiones de salud de mi marido y por la presión de los plazos que se acababan, me plantee seriamente si terminar o no, y mi esposo jugó un papel fundamental con su apoyo para concluir esa etapa.

Este camino ha sido productivo. Aparte dentro de los departamentos los docentes tenemos otras responsabilidades: participar como tutores de nuestros alumnos, evaluar tesis de licenciatura, sugerir bibliografía, etc. En el 2007 fui directora del departamento de Geografía, una maravillosa experiencia de gestión donde aprendí muchísimo.

También tuve la oportunidad de ser un poco la responsable de llegar al sur de Mendoza, con el dictado de la licenciatura de geografía por un tiempo acotado, pero para responder a la necesidad de muchos interesados que no podían viajar a la ciudad de Mendoza.

Para sumar a mi formación, tuve una beca para una estancia posdoctoral en España. Porque es importante más allá de estar muchos años en la universidad, la actualización profesional.

 

¿Cómo recibió el reconocimiento de la Medalla por sus 30 años en la UNCUYO?

Sentí varias cosas. Por un lado, mucha satisfacción porque es muy importante. Mucha alegría, porque de alguna manera mis hijos también se sintieron reconocidos. En todos estos años le he dado a la universidad una parte importante de mi vida, dos de ellos han estudiado al a UNCuyo, ellos se han involucrado con esta institución. Por otro lado, sentí que no habían pasado 30 años para mí. Realmente este espacio de trabajo es donde me siento muy libre. Se me ha permitido mi realización profesional y en lo personal he estado en contacto con muchas buenas personas. Y en los momentos difíciles que he tenido que pasar a nivel familiar, este ha sido mi refugio. Yo disfruto estando acá, haciendo, dando clases, investigando o evaluando.

Por último, siento que se me acerca “ese momento de irme”, o sea de jubilarme. Vivimos en un mundo donde se exalta mucho la juventud y eso por ahí a los que somos más maduros, no sabemos cómo reubicarnos en la sociedad.

Si bien me he actualizado, y trato permanentemente de acercarme a los nuevas tecnologías y lo que representa a la hora de dar clases, me encuentro con que gusta mucho, me asombra, busco que esas cosas no me alejen de los jóvenes y de los que ellos esperan del docente. No es fácil porque los cambios son muy rápidos. Las demandas son muy distintas porque trabajamos con una gran diversidad y hay que atenderla. Y a veces me cuestiono si estamos a la altura de toda esa diversidad.

Después de 30 años una ya tiene una materia armada, una forma de darla, y una podría pensar: "bueno, ya está..." pero no, no es mi estilo, porque si no me voy a autoexcluyendo.

La idea de dejar la facultad todavía tengo que procesarla, no estamos preparados para irnos.

 

¿Qué desafíos presenta este mundo actual para los campos de la Geografía?

Las grandes desigualdades que hay en la sociedad y que se verifican a nivel territorial de diversas maneras. El gran desafío es cómo nos preparamos para poder aportar a mejorar los conflictos que entraman la sociedad. Dar respuesta a esas desigualdades que no son solamente sociales, es un compromiso de la geografía. Esta disciplina no puede estar ausente en este momento tan importante como por ejemplo: planes de ordenamiento territorial en los municipios, que es uno de los objetivos del Plan Provincial. Eso me parece a nivel macro. Hay que ir más a la acción, profundizando cuestiones concretas.

Los jóvenes tienen que formarse en todos estos temas porque van a ser protagonistas en una sociedad que, si no actuamos,  va a tener muchos problemas con el aprovechamiento de los recursos naturales. Y todo eso, proyectado a las comunidades.

Una de las preocupaciones es que las comunidades sean más protagonistas, que puedan  visibilizar  sus propias potencialidades para poder mejorar su calidad de vida, y los profesionales de la geografía tienen que llegar a las comunidades.

A mí me preocupa el espacio rural, ya que se necesitan de las políticas públicas  pero a mediano y a largo plazo, o sea que permanezcan en el tiempo y trasciendan las gestiones. Eso también forma parte de un cambio de mentalidad.

 

¿Alguna anécdota o recuerdo que nos quiera compartir?

Hay muchas, pero las mejores las tengo con las salidas con los alumnos que planificamos, preparamos los materiales, etc.

Esta anécdota es desde hace más de 15 años, yo iba sola con 30 alumnos. Tuvimos algunas dificultades con la movilidad. Ya en el recorrido nos para la policía y nos piden los papeles del vehículo. Resulta que la documentación no estaba completa y todos fuimos a parar al destacamento policial (risas). Pasaba el tiempo y nosotros presos en el colectivo. Nunca nos explicaron que fue lo que pasó.

Nos regresaron a la plaza Independencia y les digo que el viaje queda anulado. Nos sentamos en un banco para devolverles el dinero por el frustrado viaje y se nos cae una rama del árbol. Entonces les digo: “Chicos esto parece una cámara oculta, mejor vayamos cada uno a su casa y después les regreso la plata”. Nos reímos mucho, porque fue una sucesión de cosas desafortunadas. Estaba claro que ese día no había que hacer la salida.

Yo disfruto mucho con los alumnos porque veo que aprenden mucho en las actividades extracurriculares y eso no se olvida. El contacto con los alumnos es tan importante.  Lo es para ellos y lo es para nosotros. No se imaginan lo que profesores sentimos al tenerlos cerca.

                                                                                                    

imagen Entrega de medallas en el acto por el aniversario de la UNCuyo

Entrega de medallas en el acto por el aniversario de la UNCuyo

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