La doctora Marisa Fazio, Secretaria de Evaluación y Planificación para la Internacionalización y la Nacionalización Educativa, que está a cargo de este proyecto que abarca dimensiones de investigación, docencia, vinculación- transferencia o extensión y gestión, cuenta de qué manera opera el OBIRT.
El observatorio surge en el año 2020 como “una primera respuesta a identificar cuáles son las necesidades y demandas del contexto educativo provincial”. Se configura a partir de distintas etapas: la investigación evaluativa, la relación con organismos del territorio y con esa información, “busca incentivar relaciones y acciones para conformar una red de organismos que toman decisiones de política educativa”.
La idea es partir desde el contexto provincial y poder contribuir a nivel nacional. “Una vez que analizamos la situación vimos que no podíamos trabajar como facultad en soledad, sino que era necesario tejer redes con instituciones que conocen el territorio como son los municipios, que se dedican a trabajar la educación desde y para el territorio” Pero no sólo se queda en el ámbito de la educación, sino trabajar también todos aquellos ámbitos que determinan el comportamiento de la misma, como es salud, lo económico, lo sociocultural.
Las dos instancias del OBIRT
El OBIRT no es solamente un observatorio que recopila información y realiza informes a partir de ella, sino que tiene dos ámbitos: Las Investigaciones Evaluativas y el rol de Consultoría que genera propuestas para la promoción, el desarrollo y la innovación de la educación.
En la Investigación Evaluativa se describe la situación, se realiza una evaluación integral con distintas fuentes documentales y técnicas metodológicas. Por otro lado, en su rol como Consultoría, se intenta generar insumos a partir de los resultados de la Investigación Evaluativa para aquellos organismos con poder de decisión en política educativa.
La primera red con la que se está trabajando involucra a los municipios del Este. “Formamos un equipo interdisciplinario e interinstitucional asumiendo el paradigma de la Cooperación Solidaria”. Este paradigma consiste en el diálogo entre la facultad y los actores de la sociedad en el marco de su contexto, siendo una relación horizontal que evita los paternalismos y permite una inserción más profunda de la facultad en el territorio, donde cada actor posee un rol y se complementa con el otro.
“Es una práctica que se incorpora fuertemente en la cultura institucional de la Facultad de Filosofía y Letras , la de salir al territorio para generar propuestas, primero conociendo a los actores en el marco de su contexto”.
Descubrimientos en territorio
La doctora Fazio comenta cómo sorprendió a su equipo y a ella misma que los municipios habilitaran espacios para las reuniones y que profesionales que se habían formado en la Universidad Nacional de Cuyo y formaban parte de esas comunidades, se acercaran con propuestas y una actitud proactiva. “Se trataba de profesionales que habían decidido quedarse en su contexto, estaban trabajando, quizás no en lo que se habían recibido, pero que también querían generar espacios para que sus familias y la comunidad siguiera quedándose en su propio territorio y no saliera”.
Marisa da cuenta de la importancia de trabajar también lo actitudinal, puesto que no en todos los contextos se pueden aplicar las mismas técnicas y allí radica la importancia del observatorio. “Al ir al territorio se trabaja lo actitudinal antes de lo que necesitan. Lo actitudinal es la capacidad de apertura, la capacidad de diálogo, la capacidad de decir somos un equipo y podemos construir juntos”. Llamaba la atención cómo muchos chicos que habían sido identificados con mucha capacidad de estudio, culturalmente tenían internalizado que, como vivían alejados del Centro, no podían seguir estudiando o, cuando llegaban a la ciudad, no podían adaptarse a la misma. Esto quiere decir que no estaban los espacios institucionales en la facultad para los procesos de adaptación, pero con esta herramienta que es el observatorio, se pueden detectar lo que necesita el otro y además escuchar su voz, comprenderlo y verlo como una persona en todas sus dimensiones más que como un futuro profesional.
El OBIRT durante la Pandemia
Respecto de la experiencia de un Observatorio que nació durante la pandemia, Marisa Fazio expresa que la misma permitió a los ciudadanos y la facultad, a partir de la virtualidad, poder acercarse al acortar distancias y establecer reuniones. Antes las acciones se iban postergando, pero con la virtualidad fue posible planificar con más facilidad. Y ahora, en éste último tiempo, se ha podido ir al contexto.
“Estamos respondiendo, como Educación Superior, a una dimensión poco desarrollada a nivel nacional”. Para Marisa, las acciones del OBIRT son una invitación a la reflexión sobre en qué consiste la función de la universidad de vinculación con el medio. Pero además este feedback que se produce a partir de la articulación con la comunidad, “Permite seguir actualizando y perfeccionando los planes de formación pero también nos permite contribuir al desarrollo de la comunidad y al desarrollo de un tipo de actitudes que tienen que ser inherentes a la formación del otro como persona y como ciudadano. Además entre los departamentos se van generando vínculos. Es una relación de cooperación solidaria y reciprocidad y es una complementariedad porque cada uno tiene un rol.”