El Decano de la Facultad, Dr. Adolfo Cueto, brindó unas palabras a los 200 egresados de la Facultad que tuvieron su Colación de Grado el 07 de diciembre. A continuación compartimos su discurso.
Señor Rector, señor Vicerrector, señor vice decano de la Facultad de Filosofía y Letras, Señoras Decanas y Vicedecanas, Señores Decanos y Vicedecanos de las Facultades hermanas, Consejeros Superiores y Directivos por la Facultad de Filosofía y Letras, Miembros del equipo de gestión y gobierno; Directoras/es de Departamentos e Institutos; Señora ex Decana Prof. Adriana García, señoras y señores Profesores, Personal Administrativo y de Apoyo Académico… familiares y amigos.
Un saludo muy especial a nuestras graduadas y nuestros graduados. Noveles Colegas que hoy juran y reciben sus diplomas.
Esta Ceremonia nos embarga en emociones porque hoy compartimos con ustedes su Colación de Grado. Acto de Graduación que representa el momento de mayor trascendencia en la institución educativa. Es el momento de la vida académica en el que se conjuga armonía y plenitud, al cumplir con uno de los fines primordiales para los cuales ha sido creada y existe: la entrega de nuevos Profesionales a la sociedad.
Pero el título logrado es solo una herramienta para insertarse en la comunidad. De nada vale si a éste logro académico no se le incorporan la formación integral como persona, el compromiso social y ético para con los demás; y, en estos tiempos, la flexibilidad y capacidad de adaptación a la realidad.
Hace 79 años comenzó nuestra historia. Historia como institución formadora de profesionales en educación e investigadores en ciencias humanas y sociales, que participan activamente en el quehacer de la sociedad provincial y nacional, colaborando en su bienestar y su crecimiento con el compromiso de educar y formar en valores y en libertad.
A lo largo de estas décadas, la Facultad de Filosofía y Letras ha crecido constantemente y se encuentra inserta en el siglo XXI. Hecho posible por el cuerpo docente que trabaja para y por el crecimiento profesional en pos de la excelencia académica; y del personal administrativo y de servicio, que cotidianamente y en silencio, sostienen el funcionamiento de la Facultad; además de una política que tiene continuidad en el tiempo y que se proyecta con mentalidad innovadora.
Consustanciados con este camino asumimos la necesidad de innovar y transformar los Planes de Estudios bajo el enfoque de competencias y sistema de crédito, para que ellos faciliten la inserción de nuestros profesionales y se adecuen a los requerimientos de la sociedad de hoy. Nos replanteamos las incumbencias profesionales para la proyección de los títulos, ser coherentes con la internacionalización aceptando la movilidad con reconocimiento de trayectos académicos, generar propuestas dinámicas con flexibilidad curricular, e incorporando la virtualidad en todo su potencial, las prácticas sociales educativas como parte de la formación integral y la adquisición de una segunda lengua.
Pero… el mundo cambia, la sociedad ha cambiado.
Día a día surgen nuevas formas de empleo que modifican los esquemas tradicionales. Aseguran los especialistas que en un futuro próximo, el mundo estará repleto de oficios y profesiones que hoy todavía ni imaginamos.
La realidad universitaria y profesional en occidente nos muestra una tendencia a la reducción de las profesiones, junto al requerimiento de los jóvenes por carreras que aún no se han creado. Entonces, el mundo laboral de hoy exige al profesional adaptación y flexibilidad. El trabajo, tal como lo entendemos hoy, debe adaptarse a los cambios constantes, aprendizaje continuo, conocimiento transversal, capacidad para "ser emprendedor"
Observamos que los sistemas educativos han sufrido grandes modificaciones, y de aquí en más serán mayores, siempre propiciados por la revolución tecnológica. Su rápido desarrollo de la tecnología y la nueva forma de relacionarse socialmente han impulsado constantes cambios en la educación. Por ello, los profesionales de hoy deben adaptarse y reinventarse en un nuevo esquema educativo y laboral.
Vivimos en una sociedad que se transforma aceleradamente. Para el educador el aula tiene nuevos requerimientos y el alumno de la escuela de hoy no solo es el adolescente, es también el adulto, contexto de encierro, es la ruralidad, entre otras modalidades. Las prácticas didácticas-pedagógicas requieren de nuevas tecnologías y de cambios de paradigmas. Para el profesional de hoy el reto es animarse a abrir horizontes en los alcances de sus investigaciones y en la inserción de nuevos campos laborales.
Empezamos a visualizar que internet pone en crisis las formas tradicionales de aprendizaje, así como la manera de ser de docentes y de estudiantes.
La profesión docente se encuentra en un tiempo de mudanza.
El rol empieza a ser guiar al estudiante por su propia vía de conocimiento. Pero, el papel del docente es en este nuevo escenario más relevante aún. Su rol es mostrar a los alumnos que hay que ser críticos con la información, que no todo lo que encuentran en internet es correcto, que deben seleccionar y acudir a las fuentes más fiables, es decir, motivar para el uso crítico de la tecnología.
Sin dudas el rol próximo de las humanidades, ciencias sociales y lenguas será la de ser pilares de la educación y de la cultura general en la sociedad. Pero, este mañana nos abre un gran reto que es el repensar la forma de insertarnos en la sociedad tecnológica.
Estamos ante la septuagésima quinta (75º) promoción. Nos embarga un profundo sentimiento de alegría y emoción. Hoy son 200 educadores, profesionales, licenciados, traductores, geógrafos y técnicos quienes han alcanzado sus títulos como merecido reconocimiento a su esfuerzo y a su decisión de ser. Quienes han concretado un nuevo paso en el camino que los conduce a la misión elegida en la vida: la dulce tarea de descubrir y conocer; el compromiso de enseñar con la palabra, con la acción y con el ejemplo para educar y formar. Quienes han asumido el maravilloso reto de ser formadores de voluntades y de espíritus libres. Sea entonces éste un sincero reconocimiento a quienes han elegido, cualquiera sea su título, primero servir que ser servidos.
Servir antes que ser servidos, es decir, ser educador, formador de voluntades pensantes y de espíritus libres.
Cualquiera sea el título alcanzado, todos ustedes están formados como educadores y humanistas, términos que conllevan el significado de aquella persona rica en valores, cuyo rol, más allá de la transmisión del conocimiento y de la asistencia funcional, da presencia humana y testimonio de vida. Por eso, más que una profesión, han abrazado una actitud y vocación vital, integradora de todas las facetas personales en un compromiso de entrega plena y total.
El educador es maestro de la acción y del espíritu, es portador de un mensaje de vida.
PERO SOLO EDUCA EL QUE TIENE ESPERANZA
Esperanza que nace en su esencia humana y, porque sus horizontes son muy amplios, asume la decisión de transformar la sociedad; y en vez de condenar, crea, propone y sugiere caminos nuevos, sin doblegarse, más allá de cualquier fracaso parcial.
Tendrán alegría y resarcimiento al descubrir la bella misión de ayudar a sus semejantes para que alcancen su plenitud.
Como graduados inician un nuevo camino hacia el perfeccionamiento y madurez profesional.
Mas, la graduación es un efímero paso alcanzado, es el que habilita para procurar nuevas metas e impulsa en el camino hacia niveles superiores. Es comprender que aún queda casi todo por conocer y aprender. Ello se alcanza con la práctica consciente, con la ética de la profesión y en no dejar nunca de tener y sentir el apetito por conocer y aprender para transformar e innovar.
Por ello, nuestro compromiso con ustedes no termina aquí. Queremos seguir acompañándolos en su formación como profesionales.
Filosofía y Letras les pertenece, ella los necesita para proseguir su misión. Es la fuente para abrevar ante la sed de más conocimiento, de perfeccionamiento superador, de la actualización constante.
La Facultad necesita de ustedes para ser revitalizada, recibir requerimientos, ofrecer respuestas, adecuarse a los nuevos tiempos sin perder su esencia. Es necesario que sean parte de los cambios.
Sean partícipes activos de una Facultad que, como agente social y comprometida con la comunidad, debe dar respuestas efectivas y reales a los requerimientos de la sociedad que la sustenta.
Entonces, este no es un Acto de despedida, sino un acto de renovación del compromiso de seguir creciendo juntos.
Finalmente, queremos invitarlos a agradecer por el logro alcanzado. Logro que es una construcción de su propio esfuerzo, voluntad y perseverancia. Pero es una construcción colectiva en la que la Familia de cada uno de ustedes acompañó, apoyó en silencio, esperó pacientemente y, siempre estuvo presente.
Agradecer a la sociedad que sustenta la Universidad pública, inclusiva y gratuita que les ha permitido alcanzar un título profesional; y la que espera una sola retribución, que colaboren con ella siendo un agente ético, activo y comprometido. Agradecer a la vida, porque más allá de los triunfos o fracasos temporales, logros o caídas, alegrías o penas, todo y cada uno de ellos los han conducido a madurar, a crecer en la templanza y descubrirse con ustedes mismos y con vuestros semejantes. Los conocimientos y el título alcanzado son solo puentes, instrumentos de servicios, herramientas para llegar a quien nos necesita. Sean Maestros en el conocimiento y en la acción.
Siéntanse orgullosos de sus títulos. Ellos representan la plataforma del futuro que deben construir.
Reciban un sentido abrazo y que el éxito corone sus vidas y sus profesiones. Finalmente pido un fuerte aplauso en homenaje a nuestros Profesionales. Muchas Gracias