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“Lo que Aristóteles dijo hace 2.400 años tiene impacto directo en lo que se estuvo pensando en los últimos 80 años”

Manuel Berrón, es Doctor en Humanidades con mención en Filosofía (Uni-versidad Nacional de Rosario). Actualmente es el Presidente de AFRA (Asociación Filosófica Argentina) y participó del XXI Congreso de Filosofía que tuvo lugar en la FFyL de la UNCUYO.

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Trayectoria y trabajo colectivo

“Soy de la ciudad de Santa Fe, había realizado mis estudios universitarios allí, estudié en la Universidad Católica, pero rápidamente me integré en la comunidad de la Universidad Nacional del Litoral. Por aquel entonces, se abrió la carrera de filosofía en dicha universidad y tuve la suerte de integrarme rápidamente en el plantel docente, a la par que comencé mis estudios de posgrado y me orienté hacia la filosofía antigua, hice una tesis de doctorado sobre Aristóteles. Después se fue abriendo todo un mundo, de cátedras, la carrera de profesorado, la licenciatura, el posgrado, iniciamos jornadas de investigación. Además de mi perfil académico, apoyo las empresas colectivas, como la de generar una carrera universitaria, conformar el Departamento de Filosofía, un instituto de investigación dependiente de UNL y CONICET. Nos relacionamos con otras universidades y luego me vinculé con AFRA. En el 2015, organizamos en Santa Fe, en la UNL, el Congreso Nacional de Filosofía, Fui tesorero de la asociación, luego estuve en una comisión directiva. Sobrevino la pandemia, que produjo un montón de desacomodos, perdimos uno o dos años de congreso por la pandemia, rearmamos el trabajo, la comisión, hicimos un congreso en Tucumán y los colegas me propusieron asumir la presidencia. Conformamos una comisión preciosa, valiosa, federal, con colegas de Tucumán, de Córdoba, de Universidad Nacional del Sur, de La Plata, de Mendoza y Buenos Aires entre otras. Ese esfuerzo colectivo y solidario se está plasmando en estos días de trabajo aquí en el congreso”.

 

El Congreso y el regreso a las fuentes

Respecto del Congreso, el investigador expresó que “ha sido muy rico. Este Congreso en modo presencial es excelente, como yo decía en el acto de inauguración, lo importante es encontrarnos, intercambiar ideas y volvernos a casa con nuevas ideas, nuevas reflexiones y nuevos amigos. Este diálogo que es horizontal, porque somos iguales, es también intergeneracional, enriquecedor para todos. Las plataformas y la virtualidad no reemplazan la presencialidad y me parece que eso es clave en el éxito del Congreso”.

Luego, Berrón resaltó la multiplicidad de las propuestas temáticas: “La filosofía tiene una diversidad disciplinar enorme. Si se repasa el programa del congreso, encontramos desde Lógica, Filosofía de la Ciencia, Historia, Filosofía del Derecho hasta Filosofía del Medioambiente. Hay, por ejemplo, un panel sobre Filosofía Alemana Contemporánea, pero en realidad están hablando de problemáticas políticas y de cómo impactan todas esas teorías que vienen de hace 100 o 150 años, y cómo repercuten en las discusiones contemporáneas al nivel de programas políticos, ideologías, doctrinas, porque no hay nada que no sea ideológico ni doctrinal, en última instancia”.

“Yo me dedico a la filosofía antigua. Platón y Aristóteles, parecen como temas desconectados, que están de espaldas a las problemáticas sociopolíticas de nuestro país, lo cual es engañoso en realidad. Hay una tendencia a pensar que no hay un canal de vinculación entre la Antigüedad y la actualidad. Existe, incluso, la denuncia de que la universidad estudia cosas inútiles, que estamos perdidos en la torre de cristal. Cuando se toma una decisión, como venir a este congreso, votar a tal persona, comprar tal producto, se ponen en funcionamiento una serie de mecanismos sobre los que Aristóteles pudo reflexionar. Lo que Aristóteles dijo hace 2.400 años tiene un impacto directo en lo que se estuvo pensando en los últimos 80 años. Hay neoaristotélismos contemporáneos, personas que están  resignificando su pensamiento, lo traemos al presente y lo interpretamos nosotros, por ello, las respuestas que damos son nuestras, no son de Aristóteles”.

 

“Lo viejo funciona”

Entre los aportes aristotélicos que nutren el abordaje crítico de la realidad actual, Berrón explicó que el filósofo caracterizó la naturaleza de las falacias: “Conocerlas evita que seamos engañados, facilita que tomemos decisiones más informadas, defendiéndonos de la manipulación y permitiendo mejorar nuestra propia capacidad argumentativa y de pensamiento crítico: una falacia es un razonamiento incorrecto que, por su forma o apariencia, puede parecer como correcto. Eso, que se estudia en lógica, puede ser abordado por la teoría de la argumentación o la retórica. Lo importante es enseñar cómo no caer en la trampa que ofrece ese razonamiento engañoso”.

“Por ejemplo, hay un tipo de falacia que se llama de “apelación a la autoridad” que se da, por ejemplo, cuando digo que hay que estar a favor de o en defensa del recurso del agua, de una comunidad aborigen o en contra del aborto porque así opina Lionel Messi. Todos sabemos que es un excelente jugador de fútbol y que nos dio un montón de alegrías, pero Messi no es especialista en medio ambiente, ni en biología, ni en derecho. Entonces, cuando uno invoca esa autoridad para dar fuerza a su argumento y busca así darle cierta ‘legitimidad’ frente a quien escucha, está cometiendo la falacia de apelación a la autoridad”.

“Otro tipo frecuente de falacia es la “apelación a la popularidad” que funciona al afirmar que porque muchos piensan que algo es correcto, eso es efectivamente así. Hace 500 años, todo el mundo pensaba que la tierra era plana y no era cierto”.

“Por eso es valioso tener esas herramientas intelectuales que nos permiten analizar y comprender mejor las cosas que vemos y escuchamos. Nos enriquece, nos fortalece, nos hace mejores, nosotros decimos, epistémicamente, nos da mayores capacidades, no nos deja caer tan fácilmente en el engaño. Todos quisiéramos evitar ser ignorantes y ser débiles en el sentido de ser vulnerables, nadie puede ni quiere elegir ser vulnerable”.

 

Los temas de la Filosofía hoy

Para cerrar, y consultado sobre los temas que piensa la Filosofía en la actualidad, el académico afirmó que “hay dos temas que están entre las prioridades, yo no diría sólo de la Filosofía, sino a nivel general, uno es la problemática del medioambiente, porque estamos viendo todos los años que las temperaturas se van poniendo cada vez más extremas, porque además hay proyectos para avanzar sobre el agua, conectado con la minería, esto lo digo acá porque estoy al lado de la cordillera, pero si estoy en Santa Fe digo el avance sobre la isla y el desmonte. Acá hay cerros para minar, en el Chaco hay un proceso de deforestación sistemático desde hace 30 años. La Argentina perdió como un enorme porcentaje de sus montes, también pasa en Brasil, en el África. La Amazonia es el pulmón del mundo ¿qué hacemos si nos quedamos sin un pulmón? hay un impacto ambiental tremendo”.

“El otro tema que impone la agenda internacional es el problema bélico, es decir, el desarrollo permanente de que diferentes enfrentamientos -Ucrania-Rusia, Israel-Palestina. Estas guerras, en las que nuevamente hay potencias ejerciendo su poderío, reflejan la ambición por anexar tierras y el abuso de un estado militar muy fuerte sobre la población civil. Son un escándalo porque los crímenes son cada vez más atroces y eso nos interpela. Si recordamos el genocidio radical, el exterminio de millones de personas durante la Segunda Guerra Mundial, podemos observar que hoy estamos en una situación muy paradójica: entre aquellos que fueron perseguidos hoy encontramos a quienes son victimarios. Siempre recordando la complejidad de la situación, pensando en que hubo también actos terroristas que anteceden a la actual guerra en Gaza”.

“En Europa está pasando algo semejante a lo que pasa en Argentina, en el sentido de que hay un auge de posiciones de ultraderecha reaccionaria, reivindicando valores de minorías en contra de todo un proceso democrático largo. Esto se replica en Estados Unidos donde hay posiciones de ultraderecha antidemocrática. El gobierno de Estados Unidos ataca a la prensa, no promueve medidas judiciales contra quienes, por ejemplo, invadieron el Capitolio hace unos años. Además, ataca a Brasil, donde el estado de derecho sí funciona ya que allí se persigue y condena a los responsables de crímenes contra la democracia. Y nosotros, en Argentina, estamos viendo un proceso semejante con un presidente autoritario que gobierna por decretos y vetos, de espaldas al congreso. Por otro lado, nuestro presidente inició todo un programa de medidas que afectaron particularmente a las universidades, a la educación, la ciencia y la tecnología, a todo el sistema científico, tecnológico, público, a un ritmo sostenido. Argentina tuvo que marchar en defensa de la salud y la educación públicas. Todo esto también desafía al pensamiento filosófico porque supone repensar no sólo qué tipo de ética subyace a estas medidas por contraste con los valores que como nación perseguimos, sino, más aún supone revisar fuertemente estas ideas -en conjunto con las mencionadas anteriormente- desde una perspectiva humanista”, concluyó Berrón.

 

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“Lo que Aristóteles dijo hace 2.400 años tiene impacto directo en lo que se estuvo pensando en los últimos 80 años”

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