La filosofía nunca dejó de ser un saber estratégico dijo Oscar Santilli, director y profesor de esa carrera en la UNCUYO. Y explicó la razón: no existe ciencia, avance tecnológico o producción que pueda desarrollarse desligada de pensamientos que marquen qué es correcto hacer con la vida humana, qué debemos entender por el bien de las sociedades, hasta dónde podemos experimentar, cuáles son los límites. En ese sentido, —subrayó— la filosofía está en la fundación y en la fundamentación de todas las disciplinas.
El profesor aceptó la invitación de Unidiversidad para reflexionar a partir de la decisión del Ministerio de Educación de incluir por primera vez a la filosofía como una de las áreas estratégica en el Programa de Becas Manuel Belgrano. El mismo tiene por objetivo garantizar que jóvenes provenientes de hogares de bajos ingresos realicen una carrera universitaria en una de las disciplinas consideradas clave para el desarrollo económico y productivo del país.
Si la filosofía —tal como dijo el profesor—nunca dejó de ser estratégica, qué cambió ahora para considerarla como tal, para impulsar su estudio en las universidades públicas argentinas. Santilli expresó que existen múltiples factores, pero se inclinó por buscar la respuesta en la profunda crisis socio económica y humana del país y del mundo, como un punto de inflexión para que el ser humano vuelva sobre sus pasos, piense qué dejó en el camino, qué debe revisar para modificar el rumbo.
El profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCUYO explicó que el aporte de este saber no se ciñe solo a un ámbito teórico, sino que debe ser una voz central en los debates relacionadas con la justicia, la bioética, la ecoética y los desarrollos tecnológicos.
Aquí, parte de la charla que el profesor mantuvo con Unidiversidad.
Un saber estratégico
¿Cuál es su reflexión sobre la decisión de Nación de incluir a la filosofía como una de las disciplinas estratégicas para el país?
Es una buena noticia, la celebro, porque en realidad la filosofía nunca dejó de ser un saber estratégico. Desde sus orígenes esta disciplina ha trabajado en función de lograr los mejores resultados a través del pensamiento humano en relación con el resto de las disciplinas. Es decir, todas estas disciplinas consideradas tradicionalmente estratégicas para financiar estas becas como Petróleo, Gas, Ambiente, Tecnologías, Informática, tienen en común un desarrollo exhaustivo del pensamiento y la filosofía es una disciplina básica del pensamiento, por lo tanto está presente en cada uno de los desarrollos de estas disciplinas a la hora de determinar qué es lo bueno para sí mismas, en función de lograr un beneficio del conjunto de la sociedad. Hoy en día, evidentemente, la filosofía no se puede quedar en el re- tratamiento de las temáticas clásicas, sino que debe avanzar sobre las temáticas actuales porque la filosofía es una disciplina del presente. La filosofía tiene que trabajar sobre el hombre hoy, si no, queda reservada a lo que podríamos llamar una suerte de laboratorio intelectual cuando se encierra entre cuatro paredes y como un análisis sobre abstracciones que no impactan sobre la vida de nadie. En ese sentido, la filosofía no estaría cumpliendo ese papel estratégico que siempre cumplió que es el de darle herramientas al ser humano para poder desarrollar su pensamiento, su capacidad reflexiva, su aparato crítico, para poder analizar cuáles son las mejores circunstancias, los mejores desarrollos, cuáles son las líneas de investigación que tengo que desarrollar para llevar adelante el mayor bien posible a la mayor cantidad de gente posible, entonces la filosofía es de alguna manera una disciplina estratégica en la medida que le está aportando a todas las demás el desarrollo de la reflexividad.
Usted dijo que la filosofía nunca dejó de ser un saber estratégico. ¿Qué cambió para que ahora se la reconozca como una de las disciplinas a impulsar?
El pensamiento evoluciona, esto es una verdad de Perogrullo, crece, se perfecciona a lo largo del tiempo y en determinados momentos hay una aparición de algo distintivo de ese pensamiento, que hace que el pensamiento mismo reconozca su propia importancia. Los factores pueden ser muchos, pueden ser circunstancias de crisis, tal vez la profunda crisis socio económica y humana que está viviendo el país y el mundo hagan que el ser humano vuelva sobre sus propios pasos y piense qué ha dejado en el camino, por lo cual ahora está padeciendo estas crisis tan tremendas. Lo vemos en un mundo altamente convulsionado, con una pobreza extrema, con una distribución desigual de la riqueza, donde hay muchísimas injusticias y, en algún punto, estas circunstancias pueden ser promotoras y provocadoras de un pensamiento que a la larga o a la corta ponga de manifiesto el pensamiento mismo que ha llevado a que se produzcan esas calamidades, atrocidades o circunstancias críticas de toda la humanidad. Este punto de inflexión hace, tal vez, que el pensamiento se repliegue sobre sí mismo y diga qué tengo que revisar de mis propias producciones que pueda modificar el rumbo de las cosas tal como están dadas ahora.
¿Cómo puede ayudar la filosofía en medio de esta crisis, de los grandes debates sociales?
La filosofía ayuda y mucho, lo que pasa es que eso no ha sido visibilizado. Hoy en día la filosofía está presente en muchísimos debates, sobre todo en los que tiene que ver con el campo de la bioética, de la ecoética, de la política, de la económica, de la justicia, y todos estos debates siempre tienen un trasfondo filosófico. Es decir, cuando uno quiere profundizar en cuáles son las raíces de estos problemas toca una cuestión de índole filosófica por necesidad, son los últimos planteos que revelan los primeros principios y, como primeros, se entiende aquello detrás de los cuales no hay otra cosa, entonces la filosofía toca la piedra fundamental que permite elaboraciones de cualquier otra disciplina. Esto es, por ejemplo, cuando tenemos que decidir acerca de las condiciones en que se desarrolla la vida humana en los múltiples aspectos y que ha dado para debates en la sociedad contemporánea, como en el campo de la ecoética: cuál es el tratamiento que le tenemos que dar a la naturaleza, a la oikia griega, la casa común, al mundo, de qué manera tenemos que conducirnos con el planeta de modo tal de no agredir el mismo espacio que nos permite vivir. Es decir, toda esta reversión del pensamiento sobre sus bases genera lo que en filosofía llamamos la reflexión, es decir cuando vuelve a ingresar lo ya conocido como concepto, pero no solo para que se quede encerrado en el ámbito del concepto, sino para que vuelva a la sociedad por medio de una ponderación de valores, generación de virtudes, desarrollo de actitudes y todo aquello que de algún modo nos involucra intersubjetivamente con la sociedad.
Me puede dar ejemplos de otros debates en que el aporte de la filosofía es esencial
Por ejemplo, hay disciplinas estratégicas del ámbito tecnológico, pero ese desarrollo no puede quedar librado al azar o a las posibilidades que las tecnologías tengan. ¿Qué quiere decir esto? Que la tecnología debe trabajar sobre ciertos límites que corresponden a lo específicamente humano, no estoy habilitado a hacer cualquier cosa porque me lo permite la tecnología si va en contra de ciertos parámetros éticos. Y la que le tiene que decir a la tecnología este es un límite, más allá de esto no podés ir, no podés experimentar con la vida humana, no se puede tomar el cuerpo humano como si fuese una probeta de laboratorio, es la bioética, que es la que a partir de los principios éticos trata los temas relacionados con la vida y dice el qué, el cómo y el cuánto de los desarrollos tecnológicos es permisible realizar. La filosofía también establece distinciones fundamentales acerca de la justicia, porque tenemos que tener leyes que estén fundamentadas en un concepto de justicia y los conceptos ancestrales de justicia son reflexiones que la filosofía hace acerca de la parte práctica, de lo que tiene que ver con el saber humano. Entonces, si todo desarrollo de una disciplina que es considerada estratégica tiene una fundamentación última en la filosofía, la filosofía ha sido estratégica desde siempre por esto mismo. Por eso celebro la inclusión en las becas, porque creo que es el reconocimiento de que el pensamiento se está dando cuenta de que tiene que volver sobre bases fundamentales si quiere construir una sociedad no solo desarrollada tecnológica y científicamente, sino por sobre todas las cosas desarrollada humanamente. La ciencia nunca puede estar desligada de los pensamientos que indican qué es lo correcto hacer con la vida humana, qué es lo que debemos entender por el bien de las sociedades y hasta dónde podemos llegar en las ciencias experimentales. La filosofía no es solamente un cuerpo teórico que queda en el texto o en la actividad del filósofo encerrado en las cuatro paredes de su estudio, sino que es una actividad que se vuelca, ha de volver a la sociedad a través de pensamientos constructivos, creativos, transformadores, que promuevan el desarrollo de las disciplinas, pero que al mismo tiempo intervengan en el desarrollo de esas disciplinas para marcar cuáles son los límites que el desarrollo debe tener.
Del pensamiento a la acción
¿Cómo llegan estas reflexiones filosóficas sobre los grandes debates a quienes toman decisiones, ya sea a través del diseño de políticas públicas o en una empresa?
Afortunadamente y progresivamente, aunque con una velocidad muy lenta, los filósofos van tomando lugares en la sociedad, por ejemplo, en la constitución de los comités de bioética de los hospitales, en los organismos de comunicación con respecto a las pautas de lo que se puede mostrar en los medios masivos de comunicación y en algunos departamentos de relaciones humanas de empresas, esto ya se viene practicando sobre todo en países de América del Norte y Europa. En estos ámbitos, la voz del filósofo es importante, en el campo de las ciencias experimentales deberían existir límites, por ejemplo, la vida humana no podría ponerse en juego. Kant (Immanuel) decía que el ser humano es un fin en sí mismo, no lo puedo utilizar como medio para otra cosa, entonces el ser humano nunca es un medio, siempre es el fin de todas nuestras investigaciones, acciones, propósitos, actitudes, es decir la vida humana es un valor irrenunciable e invaluable. Lo que sucede, creo, es que la contemporaneidad ha puesto el valor de la utilidad por encima de otros valores, entonces toda la vida, incluso la laboral, la cultural, está puesta en función de esa utilidad que en definitiva no podría ser nunca considerada como el último de los valores, porque si es así, nos estaríamos entendiendo a nosotros mismos como medio para obtener algo que está más allá de nosotros. Es decir, es lo que podamos llegar a lograr en el mundo material y económico y no en el mundo de lo personal, lo psicológico y lo espiritual, dimensiones que aparecen opacadas, deslucidas, frente a la ponderación de la utilidad, en donde nosotros mismos tendemos a entender nuestra vida como el medio para lograr algo que exceda nuestro propio bien desde el punto de vista humano. Es como si tener algo fuese más importante que lograr nuestro pleno desarrollo.
¿Teniendo en cuenta todos estos cambios, considera que este es un momento bisagra de la humanidad?
Sería muy difícil pensar que este es un momento bisagra, o si lo pensamos así, es un momento bisagra que puede durar mucho tiempo, no es un acto, un año, un suceso, sino una compilación de hechos, de circunstancias que pueden estar tendiendo a cambiar las cosas en el futuro. ¿Qué creo yo? Que la pandemia nos ha marcado mucho y nada ha sido igual después de estos dos años. Lo que veo día a día es que hay una criticidad en la sociedad argentina y mundial que está llevando a replantar cosas muy importantes sobre todo en el ámbito de la justicia, de los derechos y de la bioética, por nombrar algunos de ellos. Los avances tecnológicos nos están poniendo al borde de pensamientos que exigen que tomemos algún tipo de decisión, es decir, la tecnología, el avance de la ciencia ponen al pensar en una situación crítica, estamos probablemente en un cambio, pero no es un cambio que se produzca en un día, en un año ni en diez años, se produce en una secuencia de tiempo muy larga. Hay que dar algún tipo de respuesta a los planteo científico tecnológico, porque pareciera ser que la tecnología en su desarrollo se adelantó muchos años y nuestro pensamiento le sigue de atrás, entonces tenemos que aggiornar el pensar a la velocidad de la tecnología y eso justamente lo que está queriendo decir es que tenemos que seguir pensando a la filosofía como un pensamiento estratégico, que debe ser potenciada, valorizada, alentada, desarrollada, para que esté a la altura de los tiempos que a todos nos toca vivir.
La divulgación y la investigación
¿Qué importancia tiene la divulgación de la filosofía, por ejemplo, la labor que hacen personas como Darío Sztajnszrajber?
Creo que la función de los divulgadores es muy buena, porque acercan al público general contenidos a los que cada particular no podría acceder si no es de este modo. Esto es muy bueno en una primera instancia, pero tiene que ser acompañado por la investigación filosófica, que espero que a partir de las becas Belgrano y de otros mecanismos implementados a nivel nacional se profundice, porque la filosofía incluye muchos campos y cada uno exige profundidad, intensidad, desarrollo. De todas formas, la divulgación está muy bien y creo que la filosofía tendría que tomar una posición mucho más activa en los medios masivos de comunicación, tendría que estar mucho más difundida y alentada desde las esferas universitarias, desde los ministerios de educación provinciales, desde las órbitas nacionales.
¿De qué modo esa participación podrías ser más activa?
Creo que se puede trabajar en la difusión de la especialidad filosófica, porque los grandes divulgadores trabajan temas generales y está bien que así se haga cuando el espíritu es divulgar para un gran público, pero también sería bueno que llegara a las instancias comunicativas especialistas en distintas disciplinas tratando una cuestión específica, que entiendo que para un público importante pueda no ser del todo amigable su lenguaje, pero porque todavía no estamos acostumbrados a esos lenguajes. Creo que hay que empezar a agudizar el oído, a proponerle al público nuevas figuras de la ciencia, que lo que se difunda no quede parcelado a determinadas disciplinas, que generalmente están ligadas al campo biomédico o experimental o vinculadas con la industrialización en algunos aspectos. Creo que la filosofía ahora tiene que recuperar un impulso que a lo largo del tiempo y como es tan antigua a lo mejor lo ha perdido un poco. Es el momento de retomarlo. Muy bien la divulgación, pero también hay que fomentar la investigación y la especialización filosófica.
¿Estos desafíos abren nuevos campos laborales para quienes egresan, porque muchas veces se piensa solo en la posibilidad de la docencia?
Creo que sí. Nuestra facultad tiene dos carreras: el Profesorado en Filosofía y la Licenciatura en Filosofía, el profesorado predispone para la enseñanza y la licenciatura para la investigación. Hoy se están abriendo otros campos laborales, por ejemplo, se abre una puerta importante en lo que se llama asesoría filosófica, filosofía aplicada, la filosofía se está introduciendo en espacios en los que habitualmente no se introducía, está llegando a estamentos de la sociedad y a organizaciones sociales a través de un mensaje generalmente no estructurado como se imparte en la cátedra universitaria, son otros formatos. Entonces, eso hace que un profesional pueda integrar un departamento de relaciones humanas en empresas, porque es importante su contribución, o en los comités de bioética de hospitales, de organismos públicos, de organismos que tienen que ver con la radio difusión. Es importante la asesoría, pero también la instrucción en cuestiones filosóficas que aumentan el nivel de criticidad del pensamiento, que aumentan y propenden a la reflexividad, que tarde o temprano lleva a una mejora en la calidad de pensamiento que se traduce en mejores obras y en mejores producciones, no entendiendo la producción como el producto derivado de la empresa, sino de la creación humana, la productividad humana, el bienestar humano, el lograr niveles más altos de justicia y de bienestar de la sociedad.