En el marco del festejo por los 80 años de la FFyL, y como cierre del Ciclo de Visitas de Escritores y Escritoras a la Librería Liliana Bodoc de la Facultad de Filosofía y Letras, se celebró la memoria de la escritora Liliana Bodoc.
La actividad estuvo organizada por la Librería Liliana Bodoc, el Taller Ronda Lectora “Literatura en voz alta”, coordinado por la Lic. Ariana Lucía Gómez; y la Secretaría de Extensión Universitaria de esta Casa de Estudios.
La familia de la escritora se hizo presente a través de sus hermanos Silvia y Hugo Chiavetta, su cuñada Nella Bodoc y su esposo Jorge. Además acompañaron la iniciativa numerosos amigos, alumnos y docentes.
La Mesa Académica estuvo compuesta por el Decano de la Facultad, Dr. Adolfo Cueto; al Vicedecano, Dr. Gustavo Zonana; y a la Secretaria de Extensión, Dra. Fabiana Varela. Todos rememoraron a la escritora, agradecieron su obra y se emocionaron al recordarla.
Luego se presentó un vídeo institucional en su homenaje donde además de testimonios, se grabaron las tres canciones que el Maestro Fernando Ballesteros compuso en base a la obra inspiradora de Liliana Bodoc. El Coro de Cámara de la UNCuyo, interpretó magistralmente esta iniciativa.
Posteriormente, el Maestro Fernando Ballesteros en solitario, deleitó al público con un momento musical. Y el colectivo “Las Mujeres de los Confines” cerró la emotiva velada. Este Grupo Cultural tiene como objetivo ser custodio de la Obra Literaria de Liliana Bodoc, difundir la misma en eventos culturales y en instituciones educativas con el fin de promover la lectura reflexiva y estética y la creación de bibliotecas.
Dra Fabiana Varela: “Bodoc y la literatura fundante de la condición humana”
La Dra. Varela explicó que “siguiendo a Carolina Pinardi me parece muy interesante su concepto de que la obra de Bodoc es una Literatura Infantil o Juvenil que enseña a leer literatura. Dice Pinardi: ‘Esto es por el profundo respeto que tiene hacia sus lectores juveniles, a quienes no infantiliza ni amonesta, señalando un deber ser de las cosas y la vida’. Y la Dra. Varela añadió que “Liliana respeta la inteligencia de los jóvenes, los estimula a rearmar historias en distintos tiempos y lugares. Nuestra autora juega con los silencios, sugiere poéticamente. Maneja con muchísima soltura la metáfora y el símbolo, como un acicate a la imaginación y al pensamiento libre que pueden atreverse a más”. La docente continuó diciendo que “en el hermoso cuento ‘Amigos por el viento’, el viento, será el símbolo de la pérdida: la del padre que se va de la casa, la de la madre que muere, pero también será la imagen que posibilitará el acercamiento de los personajes, porque los dos jóvenes han podido expresar la pérdida a través del mismo viento que susurra y arrasa. Este es un importante rasgo de la narrativa de Bodoc: la capacidad de presentar temas duros, difíciles con hondura humana y poética, de expresar lo que es difícil decir con las palabras gastadas de todos los días, pero que hiere profundamente el alma”. Y explicó que “estamos ante una literatura que toma los temas actuales, pero no en el sentido programático que tienen muchas líneas editoriales, sino para explorarlos desde el lenguaje profundo, desde la posibilidad de la esperanza, desde la aceptación de lo diferente, desde lo distinto, pero también desde lo que es igual a mí en otro sentido”.
Asimismo, la Dra. Varela comentó que “la literatura de Bodoc acerca a la literatura, porque en sus tramas aparecen intertextos clásicos, con una función que para ella es central. Para Liliana, la literatura es salvadora, ayuda a tomar decisiones, calma el dolor, en suma tiene un poder curativo, en palabras de Liliana ‘hay una curación también por la fascinación, y por la belleza. Además me parece que está bastante comprobado que el arte en general, y la literatura en particular, ayuda, socorre a los enfermos, aún a los agonizantes’. Para la Dra. Varela, “en la hondura de los temas que hacen reflexionar, en el lenguaje metafórico que una palabra asume ante una emoción que no puede ser expresada, Liliana va construyendo una literatura juvenil, porque muchos de sus personajes lo son, y porque está pensada para lectores jóvenes, pero que es literatura a secas, porque nos llega a todos y a cada uno de los lectores que encontramos en ella el espejo mágico de un lenguaje hechicero y hechizante”. Finalmente, en su evocación intelectual y emotiva, la Prof. Varela citó a Liliana en su exhortación a ‘volver a apasionarse con las palabras. Las palabras pronunciadas, las palabras escritas, el origen de las palabras, el cambio de las palabras, las mentiras de las palabras’ y, junto con Liliana, invitó al auditorio a ‘volver a enamorarnos de nuestra lengua y de nuestras palabras’.
Dr. Gustavo Zonana: “Liliana Bodoc y su contracanto: tradición y talento individual”
El vicedecano, Dr. Víctor Gustavo Zonana, expresó que quería “destacar en este homenaje un rasgo singular de Liliana Bodoc, que tal vez a esta altura de su consagración pase algo desapercibido, y es su singular modo de ocupar el campo de la literatura argentina, latinoamericana, universal contemporáneas. Me serviré para ello de una observación de T. S. Eliot, en su célebre ensayo sobre ‘La tradición y el talento individual’, y citó al respecto: ‘Solo una aguda conciencia de toda una tradición literaria, en el acto de creación, permite ocupar el campo significativamente, a punto tal de reconfigurar con un nuevo orden, a través de una nueva obra, esa tradición’. Para el Dr. Zonana, “esta es la operación que realiza Liliana con su ‘La Saga de los Confines’, ya que el género de la fantasía épica era, hasta su irrupción, escrito predominantemente por hombres, en el espacio de la cultura europea y latinoamericana. En ese espacio -continuó el Dr. Zonana- la excepción notable que confirmaría la regla, es Ursula K.Le Guin. En el caso específico de la literatura argentina, el único antecedente que podría mencionarse es el de Angélica Gorodischer con los cuentos de ‘Trafalgar’, de 1979, o las historias de ‘Kalpa imperial’, de 1983. La singularidad de Liliana radica en un gesto de coraje que implica llegar a la escritura literaria con el deseo y la necesidad de que la leyeran otros, es decir, irrumpir en el espacio público gestando una saga auténticamente latinoamericana, tal como lo señala en diálogo con Damián López en los enjundiosos diálogos de ‘Encuentro en los confines. Conversaciones con Liliana Bodoc’, publicado por EDIUNC en 2018”. El Prof. Zonana citó la decisión expresa de Liliana de ‘escribir una épica fantástica latinoamericana. Obviamente, un impulso tolkiano, pero también dije: América Latina, la avalancha de la conquista de América y los pueblos originarios resistiendo. Lo primero que hice, por eso nombro siempre a Helena Calderón de Cuervo, fue buscar el programa de Hispanoamericana I para reencontrarme con las cartas de Hernán Cortés, con Alvar Núñez, con Bartolomé de las Casas, La Araucana, el Diario de Colón. La obra de Tolkien, espectacular, sin ninguna duda, hace un planteo de mundo monárquico, patriarcal, etnocéntrico. Y a mí me dieron ganas del contracanto’.
El Dr. Zonana advirtió entonces que “las ganas del contracanto implican un riesgo enorme: Por una parte la determinación de un lector y, consecuentemente, de un editor que le permita llegar a ese nicho. Por otra parte, afrontar ante el público potencial la comparación inevitable entre el modelo de la tradición y su singular recreación. En su caso, se trata de una elección, a la vez, estética y ética. Lo estético tiene que ver con un rescate de la oralidad, del placer de contar asociado
a vivencias familiares y a su comprensión de las culturas originarias de América. También con una comprensión de lo fantástico como modo de reconocimiento de lo que, en palabras de la autora, ‘existe más allá de nuestra percepción o de nuestro raciocinio y como una forma de vanguardia del conocimiento’. “Lo ético -continuó Zonana- se relaciona con la comprensión del género ‘como una raíz, como un sostén, como un lugar al que me aferré y al que me sigo aferrando aún desde lo existencial’, al decir de Liliana, quien cree que ‘este tipo de relatos es como un remanso, es la reposición de algunas lealtades, de algunas certezas éticas que le parece que a todos nos hacen falta’. En este sentido, el Dr. Zonana, interpretó el gesto de Liliana de una manera opuesta a como lo hace, por ejemplo, José García Romeu, para quien en la saga ‘la ambigüedad de la fantasía heroica vuelve a plantear el viejo debate acerca del compromiso social y político de la literatura. Por un lado, cuestiona… por otro, propone un escape que distrae a los lectores de problemas denunciados por las ideologías de las décadas anteriores. De ahí que el éxito de la fantasía heroica manifiesta el desarraigo ideológico de su público joven, en su mayoría, y la voluntad de barajar nuevos imaginarios políticos centrados en la ecología, lo multiétnico y lo mágico’. A diferencia de esta postulación que él cita de Romeu, Zonana cree que “por lo contrario, lo que la saga de Bodoc recupera, sin descartar esos nuevos imaginarios políticos vinculados al propio contexto de enunciación del discurso, es el poder movilizador de la utopía en el sentido en que la conciben pensadores latinoamericanos como Arturo Andrés Roig”.
En cuanto al lugar de Bodoc en el campo cultural, el docente de la UNCuyo citó a Patricia Bustamante, para quien ‘un caso paradigmático, en este sentido nos parece el de Liliana Bodoc, en Argentina, con La Saga de los Confines, editada y puesta en circulación en el recorte Literatura Juvenil, en el primer momento, pero que ha producido una serie de trastornos en el centro de ese mismo recorte, obligándonos no solo a problematizar los modos en que los jóvenes la leen, sino cómo funciona la recepción en el conjunto del sistema literarios. De hecho, la saga de Bodoc como varios otros ejemplos, fue editada y puesta en circulación originariamente, como literatura juvenil, pero se ha movido hacia el centro del sistema literario, perdiendo este rótulo en su última edición’.
Para Zonana, la potencia de la saga para abrir el espacio de los lectores radica, a su entender, en las “enormes cualidades que el texto posee. Quisiera destacar uno, muy importante para mí. Sin perder nunca su talante inminentemente épico, el lenguaje de la saga posee un tenor lírico que aflora en momentos sublimes. Pienso en uno de los últimos capítulos de ‘Los Días de la Sombra’, ‘La inocente y la Sombra’, en el que la niña Wuilkilén recuerda a la muerte su verdadera misión en este mundo, a través de la explicación de cómo se experimentan las penas. Y citó Zonana: ‘La pena te puede empezar en distintos lugares, a muchos les empieza en el pecho, como una espina, a otros les empieza en el estómago, como falta de apetito. A mí me empieza en las orejas, porque siempre la pena me llega con los retos de Kuy-Kuyen. Si lo miras bien, la pena se parece al invierno: un día se va y tú te das cuenta de que sirvió de algo’”.
“En este enorme potencial de la palabra de Liliana -redondeó el docente y escritor- que se animó a irrumpir con coraje en el campo cultural argentino e internacional, radica, a mi entender, el lugar que está destinada a ocupar con la magia de su universo literario”.
Finalmente el Dr. Zonana resaltó la presencia de lo femenino y de los personajes femeninos en las ficciones de Bodoc y, en segundo lugar, ese tenor lírico que acompaña su narrativa. El vicedecano concluyó su evocación con la lectura del poema ‘La poesía’, de Liliana, que culmina con la conjetura de su propia muerte: “‘Hoy recuerdo mi muerte. Puedo recordarla porque puedo imaginarla, puedo conjeturarla. Si en ese trance consigo aceptar que es nuestro deber dejar sitio a los otros, entonces, la muerte, no será más que la mejor metáfora del amor’”.