Actividad libre y gratuita si se opta por no obtener certificación (deben inscribirse igual, sin excepción).
Si querés tener tu certificado, los Aranceles de certificación son los siguientes:
- Estudiantes: $1.500
- Docentes y Egresados: $2.250
- Público en general: $3.000
Todos/as, sin excepción, deben Inscribirse en:
https://autogestion.ffyl.uncu.edu.ar//eu
Nombre | Curso "Las imágenes en la historia (siglo XX). Lecturas, debates y estrategias de uso en la enseñanza" |
Días, fechas y horarios | Días jueves y viernes 29 y 30 de agosto y 5 y 6 de septiembre de 2024, de 16:00 a18:30. |
Docentes a cargo |
Ana Ramírez: Profesora y Licenciada en Historia. Magister en Estudios cargo Latinoamericanos (Facultad de Filosofía y Letras). Pablo Terroba: Profesor y Licenciado en Historia. Magister en Estudios |
Aranceles para certificado |
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Inscripción |
Acceder al siguiente enlace: https://autogestion.ffyl.uncu.edu.ar//eu La inscripción se encuentra abierta y es obligatoria para todos los participantes. Es importante que todos se registren, inscriban y abonen el arancel correspondiente. con el caso a formacionpermanente@ffyl.uncu.edu.ar https://ffyl.uncuyo.edu.ar/upload/instructivo-registro-e-inscripcion.pdf https://ffyl.uncuyo.edu.ar/upload/instructivo-boton-de-pago.pdf |
Modalidad |
Presencial mediada por plataforma (todas las actividades son mediadas por plataforma, sin presencialidad en el lugar). |
La imagen en la historia
El uso de la imagen en el estudio de la historia permite abordar, comprender y analizar distintos procesos y experiencias históricas. Puede ser utilizada como fuente y objeto de estudio, “[…] al igual que los textos o los testimonios orales, las imágenes son una forma importante de documento histórico […]” (Burke,
2005: 17). Además, su correcta lectura provee de una excelente herramienta pedagógica para la práctica docente.
Considerar a las imágenes solo como meras expresiones de la época en las que fueron producidas sería recaer en un análisis simplista, que tiende a pensar que una época o determinada cultura puede ser representada de una
sola forma. Hay que suponer que en cada momento histórico existen diferencias y conflictos culturales, los cuales pueden ser representados, a su vez, de múltiples formas evidenciando un punto de vista más que otros, silenciando o resaltando determinados discursos.
La imagen entendida como una herramienta de expresión y comunicación, constituye siempre un mensaje para el otro. Las representaciones visuales se encuentran dirigidas a un lector, espectador, investigador o consumidor, que le otorgan un significado o, incluso, varios según sus intereses y el rol de sus prácticas. A su vez, permiten interceder entre el sujeto y el mundo, por eso las consideramos una producción que tiende a establecer una relación con su entorno desarrollando una función simbólica e histórica.
La perspectiva positivista a lo largo del siglo XIX consideró a los documentos escritos como las únicas fuentes capaces de otorgarle un rigor científico a la historia y a la labor del investigador. Fue recién entrado el siglo XX y, a partir de corrientes historiográficas de corte materialista, en que la tradición y la memoria volvieron a ser fundamentales para el abordaje de la historia.
Además, gracias al impulso de historiadores del arte y de la cultura, como el caso de Abby Warburg, se tuvieron en cuenta otros tipos de fuentes como artefactos, objetos arquitectónicos, monumentos, soportes materiales y, por
supuesto, las imágenes. La tradición de Warburg fue recogida por las investigaciones de Peter Burke y George Didi Huberman, cuyas propuestas se construyeron en torno a la imagen como documento histórico de validez empírica (Flores, 2014).
El testimonio que brindan las imágenes ha adquirido un importante cariz en los estudios sobre acontecimientos políticos, tendencias económicas, estructuras y conflictos sociales, además de su estudio y abordaje en campo de la historia de las ideas políticas. Estas pueden dar información sobre aquello que no se expresa y pueden resultar explícitas sobre datos, hechos o ideas que muchas veces los textos pueden pasar por alto.
Se considera a la imagen como una fuente y un documento histórico que permite comprender y reconstruir los posicionamientos y discursos de un determinado momento histórico. Es un relato valioso de la praxis social a menudo no documentado por ningún otro vestigio o a partir de otro soporte.
Esta toma de posición aleja del error en caer en el denominado ilustracionismo, en el cual la función de la imagen es reducida al de simples ilustraciones de los textos, generalmente no relacionados con ellas.
Las imágenes son fundamentales para acceder a los distintos discursos y visiones propios de una época como documentos y registros visuales del pasado. Por eso es importante ubicarlas en un contexto en relación con el sujeto productor de esta, es decir, conocer dónde, cuándo y para qué la produjo, sin perder de vista los diferentes significados que adquiere según el momento de recepción. Se busca aportar al discurso histórico un instrumento,
una herramienta, una fuente u objeto de estudio que permita al historiador narrar el pasado de otra forma. No se trata de superar el relato a través de los textos o la palabra, sino de sumar un procedimiento a la necesidad de analizar lo pasado para comprender e interpretar el presente.
Objetivos
- Conocer las distintas nociones de la imagen, sus usos y significados, abordándola como una construcción social que se expresa y se comunica.
- Comprender las funciones de la imagen dentro del campo histórico como fuente, documento y objeto de estudio, tanto por su valor histórico como epistémico.
- Reflexionar en torno a algunas experiencias históricas abordadas y comprendidas a partir del estudio de la imagen. Se tendrá en cuenta el contexto de producción y las distintas resignificaciones que adquiere según el período histórico en el que se la observa y analiza.
- Revalorizar el uso como objeto de estudio de la imagen para explicar procesos históricos. Enfrentar la necesidad de otorgarle veracidad a su uso, estudio y análisis al mismo nivel que posee lo textual en la investigación histórica.
- Aportar estrategias didácticas para la enseñanza y reflexión histórica en el aula.
Organizan:
Cátedra Práctica Profesional Docente II (Enseñanza y Aprendizaje de la Historia) y Secretaría de Extensión Universitaria de la FFyL de la UNCUYO.