El aula satélite de la escuela de gestión social que es solventada por la Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra UST funciona en el paraje de Agua de las Avispas, Cacheuta sur, Luján de Cuyo. Pertenece a la modalidad educativa de jóvenes y adultos, donde se asiste a la escuela en alternancia respetando los tiempos y contextos de la vida en el campo con cartillas situadas. Las estudiantes que asisten son mujeres, que en otros tiempos estuvieron excluidas o imposibilitadas del derecho a la educación. Se trata de un "aula itinerante" que no tiene espacio físico propio, va rotando por los puestos y casas de las pobladoras. Es la oportunidad de la terminalidad educativa, a la vez es un espacio de encuentro y fortalecimientos de lazos sociales para un sector social de Mendoza muy golpeado.
El Proyecto Mauricio López colabora en realizar semanalmente el encuentro educativo, donde por medio de cartillas y colaboración con los docentes se desenvuelve cada clase en base al diálogo y la resolución de problemas. Matemática, lengua, historia o geografía son algunas de las disciplinas que son acompañadas mediante tutorías del proyecto. Las cartillas están adaptadas a diversas edades y con contenidos contextualizados a la realidad que se vive en el campo.
Asisten una decena de estudiantes todas mujeres que llegan desde lugares distantes a caballo, caminando o en vehículo. Los puestos están distantes unos de otros, por ello el espacio escolar es también lugar de encuentro y socialización.
La Facultad de Filosofía y Letras es la casa de estudio sede del proyecto de extensión, que aporta tutores y diversas actividades y talleres que se desarrollan en los encuentros. También cuenta con apoyo institucional y el acompañamiento del Área de Articulación Social de FFyL.
Mabel Noroña, 47 años, una de las estudiantes dice que “La gente no tiene acceso a otras escuelas, por trabajo y diferentes motivos. Es un buen proyecto la escuela satélite” en ese lugar. “Por la edad, dejamos el estudio muy temprano. Ahora redactamos mejor, hemos aprendido de profesores que vienen de la Universidad. Además hemos hecho un buen vínculo. Conocimos otros
puesteros que están estudiando” agrega Mabel que para asistir a clases viaja desde Las Compuertas.
En el mismo sentido otra estudiante, Elsa Corbalán, cuenta que “No hay escuela secundaria en Las Avispas, la más cercana es en Potrerillos pero no es para adultos. Tengo 57 años y esta escuela me ha permitido empezar la secundaria. Es muy lindo empezar al igual que mi hija. La unión entre nosotros que somos todos de la zona. Una aprende, hay dialogo y son lindos los encuentros que no
nos vemos nunca. Uno se hace un tiempo porque es una vez a la semana y no dejas los puestos y los animales”.
Las clases empezaron en marzo y se estarán desarrollando hasta diciembre, cuando termine el ciclo lectivo. “Nos enseñan a escribir, a hablar. Uno aprende muchas cosas. Nos acercó más a los vecinos, podemos estar más en contacto entre nosotros contar lo que nos pasa. Si fuéramos a una escuela de la ciudad no hablaríamos de las problemáticas que tenemos, las cosas que nos pasas a
nosotros” es la reflexión de Elsa. Mabel agrega “se hizo difícil venir a todas las clases, pero la calidez, el tiempo que cada profesor le
pone a las cartillas ayuda a seguir. Costó, pero de a poquito nos fuimos integrando y he aprendido y una quiere asistir”.
Finalmente Mabel deja un deseo de continuidad “estaría bueno que esto no desaparezca, que siga. El único encuentro que tenemos es éste, los días de clase. Ayuda a la gente del campo, está encerrada en sus quehaceres, en sus puestos. La gente necesita aprender, sentirse incluidos. Poder ir sin miedo a otros lugares. La escuela en ese sentido ayuda mucho”.
Cintia Bonomo coordinadora del Proyecto sostiene "Estoy convencida de que la educación en el campo es una de las necesidades que el Estado debe garantizar, porque es un derecho claro. Es importante que haya presencia estatal de salud, educación, servicios para la población del campo, sino se produce el desarraigo y el despoblamiento del campo… ¿Quienes producen el alimento de nuestras mesas?. Los CENS en espacios rurales son muy necesarios para poder cumplir con el derecho a la educación. Muchas de las mujeres que asisten tienen el deseo y el compromiso para asistir a la escuela, quieren poder ayudarle a sus hijos/as en la escuela además de la realización personal. El espacio de reunión de la escuela viene funcionando también como un vínculo social
que los/las puesteras antes no tenían. A partir de la escuela y con el acompañamiento de la UTS han podido organizarse y formar una cooperativa para comercializar su producción en la cooperativa El Avispero."