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SEGUNDO INFORME INSTITUCIONAL: VIVIR Y TRABAJAR EN CUARENTENA

Aquí te compartimos el documento que contiene las acciones administrativas y académicas desde el 20 de abril hasta el 17 de mayo del corriente año. FFyL, una facultad que trabaja.

01 de junio de 2020, 13:39.

imagen SEGUNDO INFORME INSTITUCIONAL: VIVIR Y TRABAJAR EN CUARENTENA

Han transcurrido dos meses y algunos días desde que estamos viviendo una realidad distinta a la acostumbrada. Las horas, los días y las semanas no son como antes y quizás, ya no lo vuelvan a ser nunca más. Todo ha cambiado y nos ha cambiado. La realidad nos desafía. Este tiempo entre paréntesis, este “mientras” cargado de incertidumbres, nos pone a prueba de manera individual y colectiva.
Nuestra cotidianidad ha entrado en crisis: el modo de relacionarnos, expresar nuestros sentimientos y afectos, trabajar, estudiar, cumplir con nuestras obligaciones y usufructuar nuestros beneficios. Nuestra percepción del tiempo se ve alterada, regulada (o desordenada) ahora por los ritmos del chat o de las respuestas en las plataformas virtuales. Nuestro sentido del espacio - la ciudad, el hogar, la distancia interpersonal – aparece seriamente transfigurado por sospechas y restricciones. Posiblemente recuperemos, en un tiempo no muy extenso, muchas de nuestras costumbres, pero sin duda, serán muchas más las que ya no serán igual.


Sin darnos cuenta, el lugar del trabajo profesional ha invadido nuestros hogares. De pronto, fusionamos actividades rompiendo horarios, rutinas y costumbres. Cuadriplicamos las horas dedicadas al trabajo y hacemos cómplices y partícipes de nuestras rutinas a cuanto miembro familiar gira a nuestro alrededor. Llevamos el trabajo a la casa, y el trabajo se empoderó de nuestra vida, amenazando los territorios del orden privado y del ocio.


“Conectividad” se ha transformado en la palabra más usada y a la que mayor cantidad de adjetivos le hemos aplicado, lamentándonos por su inestabilidad y por su costo, pero, al mismo tiempo, agradeciendo su existencia, porque ha permitido sostener nuestras relaciones sociales sin límite de distancia en tiempos de cuarentena.


Todo estaba preparado para dar inició al Ciclo Académico 2020 el 16 de marzo. Cargados de expectativas, con las clases listas para llegar al aula y encontrarnos con nuestros alumnos. Y de pronto, la cuarentena, ·# YO ME QUEDO EN CASA, modificación de calendario académico, 100% de virtualidad en el dictado de clases y en catorce días descubrir las mil y una posibilidades que nos ofrecen las tecnologías de la información y la comunicación, familiarizarnos con whatsapp, zoom, skype, meet, jitsi, y un sin número de herramientas. En fin, cambiar lo que ya teníamos listo, porque el 30 de marzo iniciábamos el ciclo lectivo en forma virtual.


El relato de estos más de sesenta días en situación de aislamiento obligatorio está siendo escrito por toda la ciudadanía de la Facultad: el cuerpo docente, el personal administrativo y de servicio, las/el Director/as de Departamentos, el personal del Colegio de Lenguas Extranjeras, el Equipo de gestión, el Consejo Directivo, los estudiantes. Una escritura con enmiendas, bloques que se rescriben y, a veces, se suprimen, con vacilaciones, decepciones, alegrías modestas y profundas. Al desafío implicado en el proceso de innovación y actualización curricular, estamos sumando el esfuerzo de adaptarnos a un horizonte de desempeño docente desde los entornos virtuales que transfigura prácticas y roles. Somos conscientes de los límites y de los alcances de nuestras acciones. Pero, a pesar de ello, esta comunidad es artífice de un hecho histórico en nuestra vida institucional. Tras 80 años, la Facultad de Filosofía y Letras no se amilana. Por el contrario, sale al encuentro del cambio con fuerza innovadora y enfrenta la crisis con la virtualidad, haciendo que la totalidad de sus actividades sigan en pie.

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