El espacio virtual #siempreliteratura de la Ronda Lectora “Literatura en Voz Alta” de la Librería Liliana Bodoc de la FFyL nos acerca nuevas entregas de la lectura de “La vegetariana”, de Han Kang, en la voz y la presencia virtual de Ariana Gómez.
En la lectura anterior, habíamos asistido a la consolidación de la sublimación de lo físico, las mezclas sensoriales y la inquietud ética de los personajes. La narración de Kang desataba un universo global de conflictos íntimos, autobiográficos, femeninos. La trama del relato postulaba a tres personajes en tensión erótica: la protagonista, un compañero de trabajo del cuñado, “J”, y propio el hermano político de la joven. Dos hombres y una mujer haciendo aflorar las múltiples represiones en una sociedad dispuesta a rechazar, cuando no agredir, a quien se atrevía a enfrentarla.
En esta oportunidad, hallaremos en el canal de Youtube de la FFyL de la UNCuyo, un video corto, en el cual Ariana Gómez se refiere al “body art” y performatividad de los cuerpos para explicarnos la remisión a esas artes premodernas en la novela: artes visuales, escénicas, de danza, que refieren a tradiciones ancestrales de pueblos y culturas invisibilizados por las hegemonías europeas. Esta inclusión en el texto de Kang produce un efecto de debilitamiento de los modelos canónicos normativizados del arte. La alusión a tradiciones paleolíticas de cuerpos pintados, al universo del tatuaje, a las ritualidades, debilitan los lugares sociales que habita el cuerpo dentro de aquellas regularizaciones: la belleza blanca, el recato, el cuerpo hegemónico.
Ariana Gómez advierte que estas dimensiones de los cuerpos en rebelión articulan la novela con el texto de Nothomb y con la exploración de las ritualidades religiosas indígenas expuestas en la obra de Rosario Castellanos, expresando una analogía entre las obras que postulan un arte contemporáneo que trasciende los regímenes de las técnicas artísticas consideradas individualmente. Las prácticas del arte corporal, con sus hibridaciones, fundiciones y/o liminalidades, llegan para cuestionar los modelos de arte dominantes.
El segundo video de la 8va.parte de la lectura nos conduce al universo de la violencia machista en su máxima expresión: la violación sobreerotizada y naturalizada por la hegemonía patriarcal. El cuñado de Yeonghye hace que P, una amiga y amante, pinte su cuerpo, para luego poder grabar la performance audiovisual de él y la propia Yeonghye enlazados en el departamento de la protagonista, espacio al que se violenta con el despliegue de tecnicismos propios de un director de performance. El hombre somete a la joven en la búsqueda ardiente y egoísta de su propia satisfacción física y artística. No solo ha sido capaz de transgredir sus límites estéticos, explorando nuevos territorios cromáticos, desestabilizando los límites de la autoridad artística hegemónica, sino también las fronteras de los códigos éticos: ha quebrado la inocencia una mujer vulnerada y vulnerable, que tenía en sus ojos la expresión de un niño.
Tras la sucesión de episodios abominables, el cuñado de la protagonista descubre la presencia de su esposa en la escena, una testigo involuntaria de la aberrante y coercitiva situación. La condición vegetal de Yeonghye, invadida por el halo pictórico de la inspiración plástica, ha sido ultrajada; y la intimidad de su minimalista espacio, poseída por los olores picantes, ácidos, nauseabundos y amargos de una experiencia horrorosa. La sirena de la ambulancia convocada por Inhye, que viene a “regularizar” el espantoso momento, cierra la Segunda Parte de la novela.
El tercer y último video conducido por Ariana nos introduce en la 3era. y última parte del texto, titulada “Los árboles en llamas”. Este segmento inaugura la perspectiva de Inhye, la hermana de la protagonista, quien camino a un hospital psiquiátrico, donde está internada Yeonghye, deja paso a retrospecciones, injerencias de presentimientos e intuiciones que la conectan con su hermana.
La narración, desde la perspectiva de Inhye, suscita reflexiones en torno a los árboles del camino, que se agitan bajo la lluvia y el viento, con sus oscuros espacios escondidos. El bosque, animal gigantesco que soporta el vendaval rugiente, se entrelaza con los seres alados que pueblan los videos artísticos de su silencioso marido. Estas poderosas imágenes se lían con el recuerdo de cuando su hermana se había fugado del nosocomio y había sido hallada de pie en una pendiente apartada de la montaña, metáfora de la resistencia vegetal; síntesis de un estoicismo que se rebela a los sistemas dominantes del patriarcado. Los episodios de un esposo que habita su casa cual un viajero en un hotel de paso, la hacen sumergirse en el cansancio existencial de una mujer sojuzgada por los hábitos sociales. Inhye sobrevive entre las tormentas de las máscaras de una vida marital frustrada y su empatía por la rebeldía silenciosa de su hermana menor.
No te pierdas las entregas 8 y 9 de la lectura de “La vegetariana”; una novela de desobediencias, un texto que nos habla de la fortaleza de una mujer usada como cuerpo artístico que se rebela ante el patriarcado hegemónico y violento; una mujer que escapa gradualmente hacia un “estado vegetativo” salvífico; una mujer cuya voz fragmentada nos ilumina intermitentemente, como una luciérnaga en la trama oscura.
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Fuentes:
Gómez, Ariana: Lecturas 8 y 9 de “La vegetariana”, de Han Kang.