Viviana Macchiarola es Doctora en Educación, especialista en Docencia Universitaria y profesora en Ciencias de la Educación. Profesora asociada en las asignaturas Planeamiento Institucional y Seminario de Investigación de la Universidad Nacional de Río Cuarto (Facultad Ciencias Humana-UNRC). Ha dirigido y dirige proyectos de investigación y extensión en temas referidos a planificación, formación docente, innovación y cambio educativo, y estudios evaluativos de políticas públicas. Acredita docencia de posgrado, capacitación de docentes de diferentes niveles del sistema educativo y la dirección de tesistas e investigadores de CONICET. Estas actividades han dado lugar a variadas publicaciones.
Fue una de las investigadoras invitadas por la FFyL para brindar el curso “Las Prácticas Socioeducativas (PSE) en la formación docente”, que se desarrolló con gran convocatoria, en el marco del Programa de Capacitación Permanente de los docentes de la Unidad Académica.
El trabajo en territorio: La experiencia de la UNRC
Al ser consultada sobre el significado y relevancia de las PSE, la profesora Macchiarola indicó que “a las prácticas sociocomunitarias las entendemos, al igual que en la UNCuyo, como experiencias que realizan los estudiantes, docentes y miembros de la comunidad en el territorio, y donde los estudiantes aprenden contenidos de las asignaturas de sus respectivas carreras o profesiones futuras, a la vez que intervienen trabajando o colaborando en el abordaje de alguna problemática de sectores con necesidades relevantes, en situación de vulnerabilidad económica, política, social, etc. Es decir que se articula el trabajo en territorio con la formación de los estudiantes, en la intersección entre ambas prácticas”.
La Dra. Macchiarola explicó que “en el 2000-2001, en la UNRC, hubo experiencias de equipos docentes interactuando con organizaciones sociales, por ejemplo en el caso de la carrera de Sociología con escuelas, o de Veterinaria, con familias de campesinos de la provincia de Misiones. Se trató de experiencias sueltas, aisladas. Estas se retomaron y, en el marco de la formulación del Plan Estratégico Institucional, se comenzó a diseñar este programa institucional con la incorporación de las prácticas al currículum. Es decir que se curricularizaron las prácticas sociocomunitarias”. Y agregó que “si bien había tareas de extensión y voluntariado, existió la fuerte voluntad de incorporar las PSE al currículum. Así surgió la Res. 322, que aprobó el Consejo Superior (CS), no sin antes sostener discusiones y duros debates, en el año 2009. Luego-añadió- se enfrentó el desafío de ir gestionando este proyecto, de generar la política institucional que transformara la norma en proyectos y acciones concretas”.
Las rupturas que proponen las PSE
La Prof. Macchiarola afirmó que “estas prácticas proponen tres tipos de ruptura: primero, epistemológica, es decir que se rompe con la concepción de conocimiento. Esto significa que ya no se piensa en que solo el conocimiento científico es válido, sino que se piensa en el diálogo o articulación de distintos tipos de conocimiento: no solo el aporte del conocimiento académico de la universidad, sino también el práctico, el popular, el de las organizaciones. Se trata de saberes igualmente válidos, que se generan, se validan y producen de otra manera, y que son requeridos para el abordaje de problemas prácticos del territorio. En estas experiencias, en definitiva “dialogan” distintos tipos de saberes, lo cual implica una ruptura con la concepción tradicional de conocimiento. Esto trae aparejado una ruptura con las formas de aprender conocidas. El estudiante ya no aprende en el aula, escuchando al profesor o leyendo los libros, sino que aprende en una práctica concreta, con sectores sociales específicos. Un aprendizaje no solo de contenidos, sino de vivencias, de sentimientos, de actitudes, de modos de relaciones, de competencias profesionales, etc. También hablamos de una ruptura curricular, porque será necesario hacer una selección y organización de los contenidos mucho más abiertas y flexibles, en función de los emergentes en territorio. Ya no es la lógica de la disciplina, sino la lógica del territorio la que nos va indicando cómo organizar el currículum. Estas rupturas no son fáciles, pero tienen que estar, ya que señalan los cambios profundos que proponen las prácticas sociocomunitarias”. Finalmente, la docente señaló “la ruptura con la concepción de universidad academicista, aislada, enciclopedista, enclaustrada. A instancias de las PSE, se propone una universidad que se “territorializa” que forma parte de una red de territorio”.
Vasilachis y los conocimientos igualmente válidos
Al ser consultada sobre algunos referentes intelectuales que desarrollaran algunos supuestos filosóficos valiosos acerca del conocimiento, la Dra. Macchiarola apuntó a los estudios de Irene Vasilachis de Gialdino: “esta investigadora planteó que todos los conocimientos son igualmente válidos, porque la esencia de las personas no cambia, sino sus prácticas existenciales. Vasilachis analizó el pasaje de una epistemología del sujeto cognoscente a la del sujeto conocido. Esto se traslada a las prácticas sociocomunitarias, porque ya no se trata de la construcción de cómo reflexiona o piensa, cómo conoce el investigador, sino de cómo se produce el conocimiento en los sectores de las organizaciones sociales de una comunidad, y de que esos saberes son igualmente válidos, ya que, basados en el supuesto de la igualdad ontológica, identitaria, de todos los seres humanos, todos somos iguales en esencia y somos diferentes en las experiencias. Por lo tanto, cada conocimiento es igualmente válido”.
Hacia una nueva universidad
En la Universidad Nacional de Río Cuarto, existe el Proyecto de la Universidad Barrial, vinculado a las prácticas sociocomunitarias, con las mismas bases político-ideológicas. Este proyecto tiene 5 años y está pensado con 4 grandes áreas: Formación en Oficios, Arte y Cultura, Deporte y Formación Político-Ciudadana. Con referencia a esta propuesta, la Prof. Macchiarola señaló que “los estudiantes, docentes, graduados van a los barrios y trabajan en distintos sectores de la comunidad con estos talleres de oficios, atravesados por la formación político- ciudadana, porque se forma a las personas para el trabajo, en todo el sentido del término, es decir que se busca formarlas no solo en los aspectos meramente técnicos, sino también instruirlas sobre cómo armar una cooperativa, prepararlas para la defensa de sus derechos laborales, etc., es decir que se intenta dotar a las personas de cierta capacidad crítico-reflexiva sobre su propia realización profesional”.
Finalmente, consultada acerca del compromiso y envergadura que representa el proyecto de PSE para las universidades, la catedrática expresó que “la puesta en marcha de las PSE constituyen un proyecto nuevo, apasionante, y representan el desafío de articular el conocimiento práctico con el conocimiento académico, en el abordaje conjunto de problemas sociales críticos. Estamos todas las universidades juntas, transitando este camino, pensando en la posibilidad de una nueva universidad, o de la “universidad necesaria”, como afirmara Risieri Frondizi”, concluyó.