“No estudiamos literatura, no aprendimos con exactitud la sintaxis del pluscuamperfecto. El eco de las declinaciones en latín, terra, terrae, terrae, terram, nos resuenan apenas como un recuerdo lejano, como un ladrido blanco y peludo de nuestra perra, bautizada con el primer vocablo de la declinación, terra. Un intento amoroso de nuestra madre de redimir el ordinario Terry que habíamos propuesto, infundiéndole una nueva envergadura". Este fragmento un recuerdo, sí, y es también parte del prólogo que Romina Bodoc escribió para El hilo de oro, un libro que recopila las enseñanzas de taller literario de su madre, la gran escritora Liliana Bodoc, que se murió de golpe en 2018, a los 59 años. Lo publica EDIFYL, la editorial de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo. Y tiene otro prólogo, escrito por Claudia Piñeiro.
El libro se titula El libro de oro porque en algún momento Bodoc dice: “Los escritores tenemos que aprender a distinguir el hilo de oro. Cuando encontramos un lugar en donde el texto palpita con mucha verdad”. Es un libro práctico y teórico. Para pensar cómo escribir, para escribir. Para escribir mejor.
Para armarlo tuvieron que contactarse con quienes habían pasado por ese taller literario y pedirles sus recuerdos y sus notas. Para sorpresa de muchos, la mayoría tenía frescos los recuerdos y guardados los cuadernos. Tabmién grabaciones hechas con celulares: la transcripción de esa voz es el corazón del libro. Así, sumando notas, fotos, recuerdos, la voz, se hizo el libro.
