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Monzalbo: "Empecé desde abajo e hice un camino”

El director de la Editorial de FFyL, Héctor Monzalbo, fue galardonado por sus 30 años de servicio en la UNCUYO.

22 de diciembre de 2017, 08:06. Por: FFyL.

imagen Monzalbo: "Empecé desde abajo e hice un camino"

Héctor Monzalbo con las autoridades universitarias.

La Universidad Nacional de Cuyo entregó medallas a los docentes, investigadores y personal de apoyo académico por el cumplimiento de sus 30 años de labor. Héctor Monzalbo, fue unos de los galardonados por la Facultad de Filosofía y Letras.

De profesión enólogo, advierte que es “diseñador por vocación”, y  cuenta que llegó a la facultad en el año 86. Actualmente, Héctor Luis Monzalbo es el responsable de la dirección editorial.

“Era una época complicada para la República, había poco trabajo,  cuando conseguí acá en la Editorial como dactilógrafo. Luego pasé a ser armador, impresor, trabajar sobre la mecánica, es decir; hacer un poco de todo. Empecé desde abajo e hice un camino. Crecí con esto, y esto creció conmigo” señala reflexivo Monzalbo.

 

¿Cómo fue su recorrido a lo largo de estos 30 años?

Actualmente soy delegado gremial, he sido consejero directivo vocal en el gremio. Soy de la idea de que para proponer un cambio o algo hay que estar involucrado.

Además soy Director de la Editorial, que tampoco es una tarea fácil, hay que saber hacer de todo y delegar funciones. Yo superviso desde que termino el diseño del libro, la edición, la impresión, el armado, las tapas, el encuadernado, el refilado y que quede listo para que salga a la venta.

Hoy tenemos todo digitalizado, pero en  el 86 las máquinas eran lentísimas y todo era más artesanal. Recortábamos papeles y los pegábamos en las maquetas. Armábamos letrita por letrita para poder imprimir. Hemos hecho mucho desde aquella imprenta hasta la editorial que hoy tenemos: entre 35 y 40 títulos anuales, colecciones de profesores retirados, jubilados, y fallecidos, escritores mendocinos, tesis de licenciaturas, tesis de doctorados, y  revistas científicas (que se corresponden a los institutos).

 

¿Alguna anécdota o recuerdo que nos quiera compartir?

Podría hablarte unos 30 años (risas). Tampoco somos tan santos todos, hemos hecho a rabiar a muchos.

Anécdotas muchas, pero también recuerdo que hemos llegado a trabajar 36 horas seguidas, para terminar libros a tiempo,  sobre todo para los congresos.  Hemos pasado tres días durmiendo acá, porque había que sacar  los libros sí o sí.

Recuerdo que antes se limpiaban las máquinas con bencina y alcohol. Entonces cuando llegaba alguien nuevo,  y se sentaba en la silla, lo rodeábamos con un círculo de bencina y le prendíamos fuego. Ese combustible se apaga rápido, así que nunca llegaban a quemarse, pero ¡Qué susto se llevaban! Algo así como un ritual de bienvenida. (Más risas).

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